Tregua entre Israel y Hamas: Gaza respira tras días de bombardeos

El cese del fuego llegó por la mediación de Egipto, luego de la muerte de 170 palestinos y cinco israelíes. Se relajaría el bloqueo a la Franja. Festejos y dudas por la fragilidad del acuerdo.

Precedida por ráfagas de misiles y atentados aislados que anunciaban su fragilidad, la tregua entre el ejército de Israel y la organización islamista Hamas, mediada por Egipto, llegó finalmente ayer para aliviar a la población de la Franja de Gaza tras una semana de intensos bombardeos que dejaron casi 170 palestinos y cinco israelíes muertos. 

Antes de cesar las hostilidades, un ataque aéreo de las Fuerzas Armadas hebreas mató a dos palestinos y elevó a 26 la cifra de víctimas en la última jornada, mientras un colectivo estalló en Tel Aviv, constituyéndose en el primer atentado en la populosa ciudad israelí en un año e hiriendo a 21 personas. Durante el conflicto, al menos 166 palestinos murieron, la mitad de ellos civiles y entre éstos al menos 31 chicos, y más de mil resultaron heridos, incluyendo a unos 225 niños. 

Los roles en la región

El anuncio de la tregua, realizado en El Cairo por el canciller egipcio Mohamed Kamel Amr, en una  conferencia de prensa conjunta con la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, realzó el rol de liderazgo ejercido por el gobierno islamista de Mohamed Mursi, que se erigió como presidente de Egipto luego de la sangrienta Primavera Arabe y asumió un preponderante e inesperado papel en la región. 

El acuerdo establece que Israel y Hamas detendrán “todas las hostilidades”, lo que para el caso israelí incluye los asesinatos de dirigentes del grupos armados palestinos y los bombardeos aéreos y desde barcos situados en el Mediterráneo, y para Hamas supone dejar de lanzar cohetes y desistir de sus intentos de incursión transfronteriza desde Gaza. Tras un período inicial de 24 horas de calma, se estipula que Israel deberá cumplir con una “apertura de los pasos fronterizos (hacia la bloqueada Gaza) y una facilitación del movimiento de personas y mercaderías y abstenerse de restringir los libres movimientos de los residentes”  del enclave costero.

Concientes de su fragilidad, los palestinos se arrojaron de todas formas a las calles para festejar y tomaron con un triunfo que Goliat, pese a sus amenazas de invasión y su prepotencia militar, haya tenido que sentarse a negociar. Al menos hoy no despertarán con el zumbido de los misiles. 

Los entramados políticos del ataque

El miércoles pasado, una semana después de que Barack Obama fuera reelecto al frente de la primera potencia mundial y principal aliado de Israel, un misil acababa con la vida de Ahmed Yabari y desataba una ola de violencia que dejó, hasta ayer, más de 170 muertos palestinos y cinco israelíes. Yabari fue tildado de terrorista y líder del brazo armado de Hamas, pero según una investigación de Haaretz, el periódico hebreo más influyente, “Ahmed Yabari era un subcontratista, responsable del mantenimiento de la seguridad de Israel en la Franja de Gaza”. Haaretz reveló que el funcionario asesinado no fue eliminado por su supuesta peligrosidad, sino porque buscaba la paz y estaba cerca de alcanzar una tregua duradera. Sin embargo, el misil estalló los acuerdos previos y el conflicto volvió a menos cero, justo antes de que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, pida ante la Asamblea General de la ONU que se reconozco a Palestina como Estado observador. 

Ante este nuevo escenario, la derecha israelí reitera su discurso de que “con los palestinos, la paz es imposible”, marcando el terreno a Obama, y con una operación militar aprobada por el 80% de los israelíes, sale fortalecida para las próximos elecciones que serán, no casualmente, en enero. Demasiadas puntas de un mismo hilo, del que penden, trágicamente, miles de civiles inocentes. Demasiados.