Al borde del abismo: el país está cada vez más cerca del default técnico
La situación económica de la Argentina se vuelve cada vez más compleja. Ayer los bonos soberanos operaron con mayoría de bajas en la plaza local, mientras que el riesgo país subió a la zona de los 1.230 puntos básicos, con tendencia a superar en las próximas horas la barrera psicológica de los 1.300 puntos. Se trata de un indicador económico que está relacionado con la eventualidad de que un Estado soberano se vea imposibilitado o incapacitado de cumplir con sus obligaciones con algún agente extranjero.
Esta situación estuvo motivada ante el temor de los inversores de que el país caiga en un default técnico (cesación de pagos) con fondos buitres que no ingresaron en los canjes de deuda de 2005 y 2010, cuando fondos de inversión y distintos acreedores (ver página 4) realizaron escandalosos negociados con la deuda pública argentina.
Ayer el bono Discount en pesos bajó 1,8%, el Bogar 18 cedió 1,14%, el Boden 2015 retrocedió 0,71% y el PAR en pesos perdió 0,62%. Esto fue producto de la incertidumbre que despierta la posible decisión que adopte el juez neoyorquino Thomas Griesa, que debe resolver antes del inicio de diciembre la forma en que nuestro país debería pagarles a los holdouts (tenedores de bonos en cesación de pagos), según un fallo propio confirmado por una Cámara de Apelaciones estadounidense, apelado por la Argentina.
Ayer, el Gobierno K ratificó que en el despacho del juez de Nueva York hoy ratificará la decisión de no cancelar la deuda que tienen en su poder los fondos buitres.
Se estima que el argumento principal será la presentación que realizó el país ante la Cámara de Apelaciones, que ordenó a los bonistas dar cuenta de sus pretensiones para el cobro y a la Argentina ofrecer una forma de pago.
El gobierno K le pidió a la Cámara de Apelaciones que reúna un plenario y revea la decisión, bajo el argumento de que un fallo a favor de los fondos buitres (buscan cobrar, en principio, 1.300 millones de dólares al contado) atenta contra la estabilidad del sistema financiero internacional. Pero expertos advierten que la falta de pago a los bonistas que no ingresaron en los canjes de 2005 y 2010 constituiría un default técnico, lo que dejaría a nuestro país absolutamente marginado del mundo.
Ante una consulta de Hoy, economistas y especialistas de distintas tendencias políticas -de izquierda, desarrollistas y neoliberales- ratificaron la gravedad de la situación. Y anticiparon que el conflicto puede repercutir muy fuertemente en la economía real del país, que ya está atravesando un período de estancamiento, con lata inflación.
“En realidad, la percepción que tiene la gente es que la vulnerabilidad de la situación externa argentina es cada vez mayor. Desde el momento en que tenemos un cepo cambiario y restricciones a las importaciones hay evidentemente una escasez y una restricción de divisas que hacen más probable un default en todos aquellos títulos que están dolarizados”, dijo a Hoy el econmomista Juan Dumas, exsubsecretario de Comercio Interior de la Nación y subsecretario de Negociaciones Económicas Internacionales.
Y agregó: “Eso se ve claramente cuando uno mide la evolución del índice del riesgo país, que ya está superando los 1.200 puntos y ese riesgo país, ese indicador, lo que está diciendo es cuánto le costaría a la Argentina endeudarse en el exterior. Y es el país al cual más caro le costaría endeudarse de toda América Latina, incluyendo Venezuela”.
“Lo que puede generar el default técnico es a corto plazo, porque fundamentalmente esto genera una gran desconfianza en todo lo que tiene que ver con la seguridad jurídica en el país, lo cual tiene un efecto directo en las decisiones de inversión que tiene la gente. La gente, cuando decide invertir, puede decidir hacerlo en cualquier lado, en cualquier país. Y entonces va a elegir aquel escenario que le parezca, que le ofrece una mayor seguridad, rentabilidad y no que esté sujeto a estos cambios discrecionales que se dan día a día”, explicó el especialista.
Dumas también alertó que “todo esto va permeando en la economía del dólar. Esto es algo que no afecta a un sector en particular, sino que es algo que termina afectando a todo el desarrollo normal de la economía. Es decir, la falta de inversión en un país es lo que determina si va a crecer o no en el mediano y largo plazo. Si no hay inversión, no hay crecimiento a largo plazo, y eso afecta a todos”.
La Justicia de EEUU y un problema político
Ante una consulta de Hoy, el economista Marcelo Lascano (foto) afirmó que en las negociaciones con los llamados fondos buitres existe un problema “esencialmente político”.
“La Justicia en EEUU es independiente, pero los jueces forman parte de una sociedad y jamás van a fallar en contra de los intereses de su propio país. Por eso se requiere actuar con muchas prudencia e inteligencia, llegar a una propuesta razonable para evitar que los acreedores terminen de perder la paciencia”, afirmó. Y agregó: “Yo le recomendaría al Gobierno que debe intentar llegar a un acuerdo con los holdouts. Es cierto que los fondos buitres están desacreditados porque compraron títulos de deuda a precios viles. Pero no le pusieron a nadie un revólver en la cabeza para hacerlo, y tienen el papel que dice que son acreedores”.
“Me llama mucho la atención que los problemas de la economía internacional prácticamente no le preocupan a ningún político, oficialista u opositor. Los pronósticos sobre el precio de la soja no son buenos. Estas son cuestiones clave que se deben tener en cuenta”, afirmó.
En foco
Un gobierno inepto y cargado de soberbia
Si la Argentina cae en default técnico, no será por un castigo de la naturaleza ni por un mandato divino contra nuestro país. Es la consecuencia de una década de políticas erráticas en materia económica, sin fundamento científico y profesional. Especialmente, durante los últimos años, el manejo de la economía estuvo inspirado en un populismo arcaico, que nada tiene que ver con el verdadero interés de la gente, sino con un atroz e infame clientelismo político que lleva a que uno de cada cuatro compatriotas esté sobreviviendo con las dádivas que le da el Estado, que no hacen más que condenarlo a la miseria al no poder acceder a un empleo genuino.
Así es como, en la actualidad, contamos con una moneda que es cartón pintado, consecuencia directa de un proceso inflacionario iniciado hace cinco años, que viene pulverizando el poder adquisitivo de la población. Y la razón hay que encontrarla en la ausencia de un sistema productivo que le dé valor agregado a la economía, lo que permitiría contar un mercado interno sólido y robusto, posibilitando a nuestro país poder tener mayor peso específico para defender sus intereses en un mundo globalizado.
El Gobierno K jamás contó con planes estratégicos en el manejo de la economía. La improvisación extrema llevó a que, por ejemplo, se liquidaran de un plumazo 10 mil millones de dólares de las reservas del Banco Central para cancelar por anticipado la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando no existía ninguna exigencia en ese sentido. Se adujo que así que la Argentina ganaría en autonomía e independencia, y le permitiría a nuestro país volver a acceder al crédito externo. Fue una falacia absoluta, al punto que prácticamente, en la Casa Rosada, le están prendiendo una vela al “yuyito” de la soja, implorando que su precio no caiga en los mercados internacionales. Eso significaría que no ingresen los recursos disponibles para cubrir los gastos básicos del Estado. Asimismo, el país tiene prácticamente vedado el acceso al mercado internacional de capitales, en momentos en que existe una enorme liquidez por la emisión que viene realizando Estados Unidos para sostener su economía.
Brasil, Uruguay, Chile y Perú están accediendo a crédito con tasas de 2 a 5%, mientras que la Argentina debería pagar casi 20% en caso de aspirar a esas líneas de créditos para financiar proyectos de desarrollo.
