Berazategui: la “Naranja” está a punto de pudrirse

“Con una dirigencia que no se mueve…”, arranca la crónica del portal "Verdad e Investigación", donde la célebre institución Asociación Deportiva Berazategui, aquella que llegara a jugar clásicos con Quilmes AC en otros tiempos, hoy anda pululando en la intrascendencia de la Primera C.

“Ni una hace bien, y eso no lo perjudica a él. Pareciera que no le importase, que solo es una empresa o un gremio. Pero el hombre, Ángel García, está jugando con el futuro de un club y con el sentimiento de miles de hinchas y simpatizantes, que en el caso más notorio de entre muchos, no pueden ver a su equipo jugar de local desde hace mucho tiempo”, continúa el relato periodístico de una realidad que es mediocre no sólo en el mundo deportivo sino en lo que hace al distrito en sí.

Por un lado, los hinchas del “Naranja” muchas veces son obligado a jugar sin el aliento de su parcialidad, sin la comodidad siquiera para los socios. Y como arremete el diario vecino “en el plano institucional, el equipo que más tendría que representar a la ciudad está cada vez peor. No hay obras de infraestructura de relevancia, gente que se apropió del lugar, que pernocta allí, que vive directamente, ante la pasividad de una dirigencia que parece sola dispuesta a manejar la institución como le plazca a su presidente y contados laderos”.

Según cuentan allegados a la oficina que regula el funcionamiento de las entidades de bien público de la Provincia de Buenos Aires, la ADB hace años que no registra balances contables. Algunos dicen que desde el año 2008 que no se habría hecho presentaciones.

Por otra parte, algunos socios estarían preparando una solicitada, exigiendo a las autoridades del club que comiencen a preocuparse «de una buena vez de las instalaciones del club».

Los dirigentes siguen confiando en que una vez sorteada la prohibición policial, el APREVIDE apruebe que el Naranja vuelva a jugar en casa. Las obras de la nueva tribuna avanzan, pero con la habilitación del resto del estadio ‘Norman Lee’, alcanzarían para albergar a los socios, que serían los únicos autorizados a ingresar a ver los partidos, cuando se levante la restricción.