Chile exporta el triple que Argentina, pese a tener menos de la mitad de territorio y habitantes

Detrás de los siempre optimistas y mentirosos datos oficiales de la Argentina, un análisis de los números permite vislumbrar una realidad diferente: nuestro país ocupa un bajo lugar en el ranking latinoamericano de exportaciones por habitante, según el estudio elaborado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre en base a datos del Banco Mundial y World Factbook. En este contexto, se observa que Chile exporta per cápita casi tres veces lo que exporta la Argentina. Mientras que las ventas externas por habitante del país trasandino alcanzan los 4.358 dólares anuales, las de la Argentina totalizan 1.671 dólares.

Esto se da a partir del hecho de que las exportaciones de Chile -un país de 17 millones de habitantes- son superiores a 75 mil millones de dólares, mientras que las de la Argentina -un país con más 43 millones de habitantes- son cercanas a 72 mil millones.Esta situación se repite también si miramos lo que sucede con respecto a Panamá, país que exporta 4.248 dólares por habitante. En el caso de México, las exportaciones per cápita duplican a las de Argentina (3.160 dólares). También Venezuela (3.081 dólares) –país en el que las exportaciones de petróleo estatal superan el 90 por ciento del total- y Uruguay (3.077 dólares) duplican las ventas externas por habitante de la Argentina. Incluso Paraguay (1.956 dólares) y Ecuador (1.699 dólares) exportan más por habitante que nuestro país.

Diversas son las explicaciones para analizar este fenómeno. Por un lado, la gran internacionalización experimentada por algunas economías latinoamericanas en las últimas décadas, como las de Chile y México (también lo es en el caso de Panamá, aunque es su tamaño es menor). Ambas han crecido a partir de una integración hacia la economía global. En el caso de Chile a través de la reducción de sus barreras arancelarias y no arancelarias, proceso complementado por decenas de acuerdos de libre comercio y preferencias comerciales, construidas a partir de un clima institucional previsible y amigable para la inversión. Los datos referidos al PIB per cápita de Chile refuerzan esta idea de crecimiento: mientras en 1990 se ubicaba en quinto lugar en América Latina -con 2.388 dólares corrientes-, en 2011 ya alcanzaba el primer lugar con 14.512 dólares por habitante, representando un crecimiento de cinco veces.

Contrariamente, la economía argentina se mantuvo de espaldas a esta tendencia de globalización de la economía. Sin ir más lejos, los datos de exportaciones e importaciones del presente año 2015 muestran una caída cercana al 15 por ciento en el primer cuatrimestre respecto del mismo período del año anterior, que reafirma la tendencia de cuatro años consecutivos de baja en del comercio exterior del país.

Según datos de Agnus Maddison, Argentina en 1913 contaba con el décimo PIB por habitante del planeta –por encima de países como España, Francia e Italia- y su producción era superior a la mitad de la totalidad de la de América Latina. Su crecimiento se basaba en el hecho de ser un país abierto al comercio internacional, a las inversiones y a las personas, que había elegido una senda de crecimiento que convirtió a la Argentina en una tierra de oportunidades y esperanzas. ¿Podrá volver a serlo alguna vez?

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