Como Cristina, De Vido se victimizó a través de un escrito

Sin responder preguntas, el exministro de Planificación denunció “persecución política” en la causa que lo investiga, junto a la expresidenta, por el direccionamiento de la obra pública en favor de Lázaro Báez. La misma estrategia utilizó para el caso Lafsa, por el que también tuvo que declarar ayer

De él dependieron US$107.825 millones, de los cuales US$2.200 millones fueron a parar a las manos del detenido empresario, Lázaro Báez, para obras (muchas de ellas inconclusas) en Santa Cruz. 

Sin embargo, ayer el exsuperministro de Planificación durante los 12 años kirchneristas, Julio de Vido, repitió ante la Justicia la estrategia urdida por su exjefa, Cristina Kirchner, en la víspera: sin responder preguntas, le entregó al juez Julián Ercolini un escrito en el que rechazó las acusaciones que se le imputan por presunto direccionamiento de la obra pública en favor de Báez.

Como la expresidenta, el actual diputado sostuvo que se busca “criminalizar” a la exjefa de Estado y, siguiendo su ejemplo, pidió la nulidad de la causa.

“Es una persecución política”, repitió De Vido en un breve contacto con la prensa en el cuarto piso de Comodoro Py, y aseguró que “el Gobierno quiere proscribir a Cristina porque en las encuestas hay un crecimiento geométrico de su figura. El Gobierno quiere evitar una derrota en las próximas elecciones, por eso inicia esta persecución”.

La causa por monopolio de obra pública de Báez fue denunciada por los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, que apuntaron al “plan criminal” y a la presunta asociación ilícita comandada por la expresidenta para favorecer al empresario. No obstante, el lunes Cristina denunció ante Ercolini persecución política, no respondió preguntas y pidió la nulidad de la causa. “No soy amiga ni socia comercial de Báez”, desmintió, pese a que los documentos recolectados en el expediente prueban sus vínculos con el dueño de Austral Construcciones, detenido y procesado por lavado en la causa de la ruta del dinero K.

Justamente hoy, Báez será trasladado desde Ezeiza hasta los Tribunales federales de Retiro, donde deberá prestar declaración indagatoria. Mañana será el turno de José López, el exsecretario de Obras Públicas y número dos de De Vido, preso tras haber intentado esconder bolsos con US$9 millones en un convento de General Rodríguez.

Complicada situación judicial

También ayer, el exfuncionario negó los cargos que le imputa el juez Sergio Torres en la causa que investiga la creación de la línea aérea Lafsa, en la que se invirtieron varios millones, pero nunca hizo volar un avión.

En este sentido, la estrategia fue la misma que la ensayada por los exfuncionarios K desde su alejamiento del poder. De este modo, si antes el modelo a seguir era la corrupción a gran escala, ahora lo es la victimización y la negación de la flagrancia.

Como en el caso Báez, De Vido apeló la negativa de Torres de considerar nula su citación por Lafsa y presentó un escrito. Luego firmó el acta de la indagatoria y se retiró sin responder preguntas.

Además de De Vido, el magistrado imputó a otras 25 personas, entre empresarios aeronáuticos y exfuncionarios, como el exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime. 

Junto a estas dos causas, el exministro enfrenta una multiplicidad de acusaciones que complican su situación judicial: entre otras, se le imputan enriquecimiento ilícito, sobreprecios en la importación de gas licuado y ya fue procesado por la tragedia de Once, por la compra de trenes “chatarra” a España y Portugal y por la no renegociación de contratos ferroviarios.