"Cuando la Presidenta me pregunte por el buque, se me va a caer la cara de vergüenza"

El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, reconoció hoy que se le va a caer "la cara de vergüenza" cuando la presidenta Cristina Fernández le "pregunte" cómo se hundió el buque Santísima Trinidad en la Base Naval de Puerto Belgrano, a 30 kilómetros de Bahía Blanca, e insistió con que hubo "negligencia" o "un sabotaje".

"Esto tiene que tener una explicación muy sólida. Le pedí al jefe de la Armada (almirante Daniel Martin) que acelere todos los tiempos en el marco de la planificación correspondiente, para rápidamente darle una explicación a la sociedad", indicó el funcionario.

En declaraciones radiales, Puricelli admitió que "como ministro de Defensa, cuando la Presidenta me pregunte, se me va a caer la cara de vergüenza, sinceramente, de decirle que se hundió un buque amarrado en el puerto".

"Dentro de toda la sorpresa que me causa el incidente vivido por el Santísima Trinidad, indudablemente nosotros no descartamos bajo ningún aspecto la posibilidad de un sabotaje", ratificó.

El ministro evaluó que "es raro que, estando amarrado a puerto, se pueda hundir en cuestión de horas sin ninguna razón aparente".

"Nadie planteó 'acá hay un problema en este buque que puede tener una avería y nos falta algún elemento'. No es un problema presupuestario. Este es un problema o de negligencia o es un sabotaje. No se justifica que un buque de esa envergadura pueda hundirse estacionado en el puerto", prosiguió.

El destructor, un buque construido en el país que fue nave insignia en el desembarco a Malvinas en 1982, había sufrido el domingo pasado la rotura de una válvula de seis pulgadas, lo que provocó el hundimiento de varios compartimientos, aunque se analizaba si una grieta en el casco precipitó la situación.