El juez Ercolini beneficia a Garavano en la causa Vandenbroele
La investigación apunta al exministro de Justicia Garavano y al exdirector del Programa de Protección de Testigos, Francisco Lagos, que fueron los que ejecutaron los pagos a Vandenbroele justo cuando tenía que declarar contra Boudou.
Julián Ercolini está demorando el llamado a indagatoria del exministro de Justicia de la Nación durante el gobierno de Cambiemos, Germán Garavano, y de Alejandro Vandenbroele en la causa donde se investigan los millonarios fondos que el gobierno de Mauricio Macri le dio al “testigo” clave contra Amado Boudou en la causa Ciccone.
Las indagatorias las pidió hace más de 10 días la fiscal Paloma Ochoa, quien solicitó el pasado 25 de febrero que se cite a indagatoria a Vandenbroele y a los funcionarios de Macri que le entregaron más de 4 millones de pesos -destinados en parte a un hotel boutique- a cambio de su testimonio arreglado para lograr la condena de Boudou por el caso Ciccone.
La investigación apunta al exministro de Justicia Garavano y al exdirector del Programa de Protección de Testigos, Francisco Lagos, que fueron los que ejecutaron los pagos a Vandenbroele justo cuando tenía que declarar contra Boudou.
El juez Ercolini, pieza clave del lawfare, en una resolución del 3 de marzo pasado decretó que “previo a todo trámite” se le pida al Tribunal que condenó a Boudou esa sentencia junto con la confirmación de la misma en la Cámara de Casación y la Corte y todo lo que hizo el juez Ariel Lijo en el caso Ciccone.
Ercolini tiene cercanía con Garavano. Su esposa, Julia Kenny, fue asesora del exfuncionario hasta que pasó a trabajar como directora de Comunicación Institucional en el Ministerio Público Fiscal bajo la órbita del procurador interino Eduardo Casal.
Garavano eligió como abogado a Gustavo de Urquieta. Se trata del defensor de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el operador judicial estrella de Macri que está prófugo en Uruguay y con pedido de captura de Interpol.