Entrevista a María Eugenia Vidal

El nuevo procurador, inseguridad, paritarias y elecciones bonaerenses

El nuevo procurador y la vacante en la Suprema Corte

“Confío mucho en la honestidad, el conocimiento y la capacidad de Julio Conte Grand. Yo perdí una persona muy valiosa en mi equipo, pero la Provincia gana un gran procurador. Creo que va a realizar una gran tarea. Él, como procurador, definirá los lineamientos en su área y nosotros, como Ejecutivo, definiremos los correspondientes a nivel político. Después, como corresponde, el ministro de Seguridad se sentará con él para ver cómo trabajan en equipo, coordinando la tarea policial con la judicial.

—En relación con la Justicia, también está pendiente un nombramiento en la Corte. ¿Existe la posibilidad de que haya algún diálogo con la oposición antes de hacer ese anuncio?

—Diálogo con la oposición habrá con seguridad porque, para votar un nuevo integrante de la Corte, se necesita mayoría, que nosotros no tenemos. Así que se trata de una votación de consenso, como han sido todas en 2016. En términos de género, por supuesto que prefiero que las mujeres crezcan y ganen lugares, pero también siempre he dicho que mi primera prioridad es que ocupe el cargo en cuestión la persona ideal. Eso ha sido lo que siempre me ha guiado en la elección de mis equipos. Para la Corte de la Provincia, más allá de que sea varón o mujer, buscaré a la persona que le brinde lo mejor a la Corte y a la Provincia precisamente.

—¿Tiene algún nombre en mente?

—Todavía no.

Inseguridad y corrupción policial

—¿Qué análisis hace respecto al flagelo de la inseguridad?, ¿está mejor la Provincia que hace un año atrás?

—Es complicado, porque la cuestión de la seguridad siempre es difícil de comprobar, sobre todo en mi caso y en el del ministro (Cristian) Ritondo, quienes recorremos y nos reunimos mucho con los familiares de las víctimas, entonces cuando tenés un homicidio ya no aprobás el año. Es muy difícil llegar a aprobar la gestión en Seguridad, sobre todo porque mucha gente siente miedo todavía en Buenos Aires. Pero quiero transmitirles a los habitantes de la Provincia que el camino comenzó, que el cambio profundo lo estamos haciendo, que va a llevar tiempo, pero lo estamos haciendo (sic). Hoy hay más de 3.000 policías que no están más en la fuerza, hay más de 250 que están detenidos, 30, por denuncias de enriquecimiento ilícito a partir de que tuvieron que presentar sus declaraciones juradas. En términos de inversión, hay el doble de equipamiento que el año pasado, tecnología que antes no había. Y ni hablar de cosas básicas como el 911, que no estaba extendido a toda la Provincia, o como la comunicación encriptada. A ese mismo policía que le estamos pidiendo que dé la vida por no­sotros se lo estaba mandando a la calle sin chaleco antibalas. Ni le daban las armas que necesitada. Iban en autos que no estaban blindados, y además cuando modulaban y hablaban por handy, lo podía escuchar un delincuente. 

El mayor aumento salarial se lo llevó la Policía el año pasado y además hubo un reconocimiento salarial al policía de calle a fin de año. Todas esta son señales de que vamos por la transparencia, pero también por el equipamiento y el reconocimiento al trabajo del policía. Además, algo que no se ve es haber aumentado el entrenamiento 9 meses, haber bajado la edad de ingreso y haber instrumentado una auditoría de capacitación a todos los agentes de las policías locales, que son alrededor de 15.000. Vinieron expertos de la DEA y el FBI a capacitarlos. Todas cosas que no se ven, pero que hacen al cambio profundo.

—¿Queda mucho por depurar en la Policía Bonaerense?

—Yo creo que no es una purga, sino que es una política que nos va a acompañar hasta el último día de mandato. No se trata de 3.000, ni de 5.000 ni de 500. Queremos definir nuevas reglas de funcionamiento y que los policías que están dentro de la fuerza sepan que hay nuevas reglas, y que en las mismas la connivencia con el delito no se acepta. Y es algo de todos los días, porque denuncias a Asuntos Internos llegan a diario y todo eso se investiga.

—¿En el sistema penitenciario es lo mismo?

—Removimos a toda la cúpula del Servicio Penitenciario, todos tuvieron que presentar sus declaraciones juradas, y además ya hemos sacado de sus lugares a varios jefes de penales y los hemos reemplazado, controlando la comida que se entrega, cómo se distribuye, cómo es el sistema de limpieza, cómo están funcionando los talleres. Todo eso no se ve, pero hace también a la seguridad.

El desafío de las paritarias

—El acuerdo salarial de 15 meses alcanzado con los estatales, ¿se puede trasladar a los docentes y tomar como modelo a seguir en el sector privado?

—Ojalá que haya muchos que lo sigan, porque creo que es una muestra de confianza. Para empezar, ese acuerdo fue posible con dos condiciones que logró el Presidente: la inflación a la baja y un Indec en el que podamos creer. 

Hace un año no hubiésemos podido hacer este acuerdo, hoy pudimos gracias a la confianza que generan las condiciones actuales, que no estaban hace un año. 

Yo creo que sería bueno que lo podamos replicar en la mayor cantidad de casos posibles. El de docentes siempre es particular: yo ahí apuesto al diálogo y a poder ponernos de acuerdo. Todos tenemos que tener en el eje de la discusión a los chicos, porque en ese caso el protagonismo lo tienen los cinco millones de alumnos que tienen que comenzar las clases el 6 de marzo, y no los adultos. 

—¿Lo entienden esto los sindicalistas docentes?

—El año pasado pudimos llegar a un acuerdo, dialogar, hacer un esfuerzo y empezar las clases.   Yo siempre voy a poner lo mejor de mí y mi equipo también, para que eso vuelva a suceder.

Elecciones y la relación con el peronismo bonaerense

—Mucho se habló de una foto con Duhalde, con Ishii, con Rico. El escritor Jorge Asís, en una entrevista que le hicimos, dijo que eras el mejor cuadro peronista de los últimos años…

—En general, los dirigentes peronistas cuando quieren elogiar a alguien le dicen que es peronista. Me parece que se ha especulado demasiado. Lo que yo hice fue ir a inaugurar dos hospitales nuevos para la gente de José C. Paz, que los hizo el intendente Ishii con fondos de la Provincia, lo que va a permitir que los vecinos que viven ahí no tengan que venir a la Ciudad de Buenos Aires a atenderse en el Garrahan o en el Gutiérrez. Eso es lo que hizo que valga la pena que yo fuera a José C. Paz. Después, a quiénes había invitado el intendente, quiénes hablaron, quiénes estaban sentados, eso es lo menos relevante. 

—¿Cuál es el significado político que le asigna a las elecciones de este año? ¿Qué pasaría con la gobernabilidad si Cambiemos no gana en la Provincia?

—Sería muy triste que la gobernabilidad esté determinada por el resultado de una elección. Yo espero que la Provincia sea más madura que eso. En esta elección lo que se va a discutir es si queremos profundizar el cambio, y el mismo entendido como el diálogo, la franqueza, como un Estado presente de verdad y no solo desde un discurso, como el trabajo en equipo honesto. No queremos volver a lo que dejamos atrás en 2015. Creo que eso es lo que va a ser parte de la discusión este año.

Entonces seguramente lo que le digamos a la gente va a ser que vamos a seguir este cambio que empezamos, que tiene que ver con pelear contra las mafias, con hacer inclusión de verdad, con estar, con trabajar con partidos que piensan distinto que noso­tros, eso es lo que queremos continuar.

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