El Presidente y la vicepresidenta de la República Argentina le dieron el último adiós al ídolo popular más grande que tuvo el país. Fernández lo hizo por la mañana junto a la primera dama, y por la tarde lo hizo Cristina.
El Presidente Alberto Fernández asistió al velorio de Diego Maradona, que se desarrolló desde las 6 hasta las 15.20 en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa de Gobierno, acompañado por la primera dama Fabiola Yañez y funcionarios del Gabinete nacional.
Al estar frente al ataúd del ídolo popular más grande que tuvo la República Argentina, el mandatario colocó sobre él una camiseta de Argentinos Juniors, club del cual es hincha, y dos pañuelos blancos, símbolo de la lucha de los organismos de derechos humanos –ya que Maradona estuvo siempre acompañando la lucha de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo–, mientras que la primera dama llevó un ramo de rosas rojas.
Fernández y Yañez estuvieron acompañando a la familia Maradona junto con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el vocero Juan Pablo Biondi. El Presidente permaneció durante varios minutos y en silencio frente al cajón que tenía los restos de Diego, mientras un gran caudal de argentinos le rezaban, lo miraban y saludaban detrás de unas vallas.
El mandatario llegó desde la Residencia Presidencial de Olivos a las 10.55, en helicóptero, acompañado por Yañez, Biondi y Vitobello. Antes de ingresar a la Casa Rosada, Fernández se acercó al vallado a saludar y a sacarse fotos con grupos de personas que se encontraban apostadas en el lugar.
El Presidente fue recibido por el jefe de Gabinete en el Salón de los Bustos, e inmediatamente se dirigió a saludar a la familia Maradona.
Luego se dirigieron al hall de entrada, donde desde la madrugada se encontraba el féretro de Maradona, en torno al cual se acumulaban banderas, camisetas y flores arrojadas por hinchas y admiradores del Diez.
Durante las primeras horas del día, la despedida terrenal al astro fue íntima, solo para su entorno familiar y su círculo más cercano, y, a partir de las 6.17, las puertas de la Casa Rosada fueron abiertas para que comenzara a ingresar el público general, que aguardó con una vigilia la llegada de ese momento.
Tras permanecer varios minutos frente al cajón, el mandatario se fundió en un abrazo con la exesposa de Maradona, Claudia Villafañe, y sus hijas Dalma y Giannina, antes de regresar a su despacho presidencial.
Previamente, varios miembros del gabinete habían participado durante la mañana de la multitudinaria despedida al astro futbolístico que falleció el miércoles, a los 60 años.
Además de Cafiero, estuvieron los ministros de Salud, Ginés González García, el de Turismo, Matías Lammens, el de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y el canciller Felipe Solá, quienes saludaron a Villafañe y a sus hijas.
Durante el ingreso del Presidente a la Casa de Gobierno, por un protocolo de seguridad, se interrumpió el acceso a los manifestantes que desde temprano llegaban a la Casa Rosada para dar su último adiós al ídolo.
También estuvo presente Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires. “Uno todavía no cree que se haya ido. Él se formó en las épocas duras del 76 y siempre fue un símbolo para los argentinos. Es un dolor muy grande para todos, y más en estas circunstancias (de pandemia) que todos vivimos”, declaró a la prensa antes de cruzar la puerta por donde entraban los invitados, en Rivadavia y 25 de Mayo.
Por la tarde, Cristina
En las primeras horas de la tarde, alrededor de las 14.40, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, llegó a la Casa Rosada para despedir a quien la acompañó hace diez años en la despedida de su marido y exmandatario Néstor Kirchner, también allí en la sede central del gobierno nacional.
Cristina ingresó sin dar declaraciones y rápidamente saludó a Claudia, Dalma y Giannina y se dirigió al féretro de Diego. Apoyó la camiseta del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata, del cual ella es hincha, acomodó unos rosarios y en silencio despidió al ídolo popular más grande que tuvo el país.
El féretro de Diego Maradona fue trasladado desde la Casa Rosada hacia un cementerio de la localidad bonaerense de Bella Vista, luego de precipitarse el final del velatorio –a las 15.20, cuando estaba estipulado que finalizara a las 16.30–, ante el desborde de los fanáticos en la sede de Gobierno y las inmediaciones, y con represión incluida de la Policía de la ciudad de Buenos Aires.