Elecciones 2015
Escandalosa elección en Tucumán
El oficialista Juan Manzur se imponía en unas elecciones marcadas por las denuncias de fraude. El abuso oficial del aparato clientelar. La quema de urnas fue una escena común durante toda la jornada. Silencio oficial ante los bochornosos sucesos
La provincia de Tucumán, renovó ayer autoridades por los próximos cuatro años, en una jornada democrática que estuvo manchada por el escándalo por las incontables denuncias de fraude lanzadas por la oposición, y donde inclusive se llegó a quemar varias urnas por parte de agrupaciones ligadas al actual mandatario, José Alperovich.
En medio de un clima electoral enrarecido por la muerte del militante radical Ariel Velázquez en Jujuy supuestamente a manos de partidarios de la dirigente piquetera Milagro Sala, el oficialismo con Juan Manzur a la cabeza, conseguía una victoria que deja bien plantado al kirchnerismo de cara a las elecciones generales de octubre.
Desde la Casa Rosada se desplegó gran cantidad de dinero público para lograr que la bandera oficial quedara en primer lugar, de allí las escenas de clientelismo en los barrios más necesitados, con la entrega de bolsas de alimentos, colchones y elementos de primera necesidad, fueran moneda corriente en las últimas semanas.
En una escena electoral que hizo recordar a hechos de la “década infame”, 27 urnas fueron quemadas en la localidad de Ingenio San Pablo al pie de las Sierras de San Javier, donde distintos desconocidos, que no fueron apresados por las fuerzas de seguridad, prendieron fuego las urnas, resultando un gendarme herido.
Idéntica situación se vivió en la localidad de Sargento Montoya, ubicada en el sur tucumano, donde se quemaron dos urnas en un colegio, lo que obligó a la suspensión de los comicios en dicha comuna. A causa de esto, la Junta Electoral de Tucumán afirmó que se realizarán elecciones complementarias en este distrito que tiene un padrón electoral de 558 personas. En total fueron 40 las urnas quemadas en todo el territorio tucumano.
En la jornada de ayer, también se sucedieron hechos violentos, como el vivido por el camarógrafo Jorge Ahualli, de la empresa Compañía de Circuito Cerrado (CCC), que presta televisión por cable en la provincia, fue agredido por dos personas cuando cumplía su tarea durante los comicios.
Además, se denunció que dos sedes del candidato a intendente capitalino por el Acuerdo para el Bicentenario, Germán Alfaro, fueron atacadas a balazos por desconocidos. En tanto, en la escuela Alfredo Cosson de la capital tucumana, el fiscal general hizo vaciar la urna 959 porque una dirigente del oficialismo la había llenado de votos del FpV.
Ante todos estos sucesos, como suele suceder cada vez que hay un escándalo político, el kirchnerismo se sumergió en el silencio y nada dijo sobre los vergonzosos hechos que empañaron la jornada electoral, mostrando una especie de complicidad ante los degradantes acontecimientos.
Resultado atrasado
Con una participación ciudadana que rondó el 80%, el exministro de Salud de la Nación Juan Manzur, conseguía hasta esta mañana, y con poco más del 70 % de las mesas escrutadas, el 55 % de los votos.
En segundo lugar se ubicaba el diputado nacional por la UCR y candidato del frente que unió al radicalismo con el PRO, el massismo y sectores disidentes del peronismo, José Cano, que cosechaba el 40 % de los sufragios.
La polarización entre estos candidatos fue tan grande, que quienes le siguieron quedaran lejos de los lugares de privilegio, con menos del 3 por ciento de los votos cada uno, lo que marcó que Ricardo Bussi de Fuerza Republicana, Osvaldo Cirnigliaro del Partido Laborista, Daniel Blanco del Partido Obrero, Gumersindo Parajón de Alternativa Popular y Mario Koltan de Unión y Progreso Social, consiguieran una nimia cosecha de votos.
La oposición se declaró ganadora
Al contrario de lo que marcaban los primeros datos, desde el Acuerdo del Bicentenario, con José Cano a la cabeza, se declararon en la noche de ayer como “ganadores de las elecciones”, y denunciaron un “monumental fraude” en las elecciones tucumanas.
Cano, acompañado por su compañero de fórmula, Domingo Amaya, comprometieron al gobernador tucumano José Alperovich, en la elaboración de un plan que sirviese a los efectos de tratar de “mantener el poder a costa de actos indignos, como el fraude, la quema de urnas y la violencia en diversas escuelas donde se votó”.
Para la fórmula opositora, ellos ganaron en la capital provincial “por más de veinte puntos porcentuales”, lo que lo llevaba, al ser San Miguel de Tucumán la ciudad más poblada de la provincia, a ganar “en todo el territorio provincial”.