Explota la interna radical: tensión, fugas y acusaciones tras el cierre de alianzas
El armado de “Somos Buenos Aires” dejó heridas profundas en la UCR.
La conformación del frente “Somos Buenos Aires” desató una crisis interna en la Unión Cívica Radical bonaerense que, lejos de cerrarse, amenaza con profundizarse. El acuerdo sellado con sectores peronistas como los de Schiaretti, Gray y Zamora, y figuras como Manes y Randazzo, dejó en pie de guerra a una parte del radicalismo, especialmente al sector encabezado por Maximiliano Abad, que no convalidó con su firma el armado final.
El malestar escaló tras la exclusión del diputado Diego Garciarena —representante de Abad— de la firma de la alianza. Aunque desde el nuevo frente minimizaron el impacto legal, la movida generó sospechas de impugnaciones futuras. Mientras tanto, desde Evolución —espacio de Martín Lousteau— acusaron a Abad de querer dañar desde afuera lo que no logró conducir desde adentro.
Uno de los focos de tensión fue la definición de candidaturas, en especial la senaduría por la Cuarta sección, que pretendía Emilio Monzó pero que la UCR defendió como territorio propio. Las negociaciones a contrarreloj generaron roces fuertes, incluso con discusiones subidas de tono entre dirigentes como Fernández y Monzó. Al final, las listas preliminares dejaron a los radicales encabezando solo dos secciones de ocho, y muchos intendentes alzaron la voz.
Desde el abadismo acusan al actual titular del Comité, Miguel Fernández, de entregar posiciones claves a cambio de su candidatura a senador.
