Jorge Julio López será inmortalizado en Los Hornos a 16 años del testimonio contra Etchecolatz

El testigo desaparecido en el año 2006 será homenajeado en su barrio con la colocación de un busto en la Unidad de Pronta Atención n° 6. “Sé que, en dondequiera que esté, está orgulloso de todo lo que hacemos por él”, dijo Rubén, uno de sus hijos.

"Conocía a Patricia, a su marido, y a otros muchachos de antes de que entraran en la universidad (...), los conocía de la Unidad Básica que teníamos ahí en el barrio, 68 entre 142 y 143. (...) ¿Saben qué hacían Patricia Dell’Orto y otras chicas, como Mirta Manchiola? Se dedicaban a cuidar chicos, a darles de comer. Y cuando nadie los apoyó, iban con los chicos de la universidad, con la Juventud Peronista, iban de a pie si era necesario, o en micro, para llevarles cosas a los chicos. Iban todos los días al barrio. Ellas llevaron a los chicos del barrio a Mar del Plata, los hicieron conocer lo que era un mar, lo que era bañarse en un mar, a todos los chicos medio ­desamparados. Estas cuatro o cinco mujeres... Estas son mujeres de oro. Y estos asesinos las mataron sin piedad”. Con este relato, el 28 de junio de 2006, en el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata, Jorge Julio López iniciaba su testimonio ante la Justicia sobre lo sucedido a él y a sus compañeros de militancia cuando fue secuestrado allá por octubre de 1976.

Luego de esa declaración, participó en los reconocimientos de los centros clandestinos de detención Arana, Comisaría 5ª y Comisaría 8ª. El 18 de septiembre, día en que debía acompañar a las abogadas y los abogados que alegaban en su nombre, desapareció por segunda vez.

El impacto de su desaparición, en una ciudad atravesada por el genocidio y por las desapariciones en democracia de Miguel Bru y de Andrés Núñez, perdura al día de hoy.

Mientras por primera vez un tribunal reconocía que lo sucedido en nuestro país había sido un genocidio, en la sentencia ­dictada el 19 de septiembre de 2006 nuevamente se escuchó la consigna “Aparición con vida” en las calles de la ciudad. A partir de allí, hubo un profundo replanteo de las políticas institucionales que debían acompañar el proceso de enjuiciamiento que se estaba iniciando y que continúa hasta el momento.

A 16 años de aquel testimonio que permitió encarcelar nada más y nada menos que al exdirector de Investigaciones de la Policía bonaerense Miguel Etchecolatz, se colocará un busto de López en la salita del barrio platense de Los Hornos –la Unidad de Pronta Atención (UPA) n° 6–, en donde vivió y militaba políticamente.

“Sé que no es el mejor de los festejos, pero es el que como hijo puedo organizar y así seguir reclamando”, sostuvo uno de sus hijos, Rubén López, días atrás. “Sé que, en dondequiera que esté, él está orgulloso de todo lo que hacemos por él”, sentenció.

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