La corrupción desde la cuna

Ni el asistencialismo de los planes sociales con los que el gobierno compra la dignidad de la gente escapan a las burdas maniobras K. Porque Qunita, el programa que la semana pasada anunció la presidenta Cristina Kirchner (por cadena nacional, como no podía ser de otra manera) y que beneficiaría a las embarazadas con kits para bebés, está en el ojo de la tormenta desde que trascendió que Fasano SRL, una de las empresas adjudicatarias de la licitación, recibió un contrato de casi $903 millones de pesos, el 82.27% de los $1.097.259.250 que involucra el acuerdo total y un 15.000.000% más que los 6 mil pesos que facturó el año pasado.

A raíz de esto, la legisladora porteña y exministra de Salud, Graciela Ocaña, denunció penalmente la licitación del plan que funcionará bajo la Subsecretaría de Medicina Comunitaria, Maternidad e Infancia dependiente de la Secretaría de Salud Comunitaria del Ministerio de Salud.

En la presentación que hizo ante la Justicia, Ocaña advirtió además que se le adjudicó la fabricación de kits maternales “a cuatro empresas dedicadas a los negocios inmobiliarios, las únicas dos que se presentaron y que sí tenían que ver con esto, fueron descartadas”.