La inflación en diciembre fue del 3,1% y alcanzó el 24,8% a lo largo de 2017

Lo datos difundidos ayer por el Indec mostraron una distancia del 7,8% con respecto a lo que se había proyectado en el Presupuesto. De esta manera, los estatales y docentes bonaerenses recibirán una compensación al activarse la cláusula gatillo

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó ayer que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a nivel nacional subió en diciembre un 3,1%, mientras que en todo 2017 sumó un 24,8%. De esa manera, el aumento de precios reveló un salto de casi dos puntos porcentuales en el último mes del año pasado, en comparación con el anterior (que había sido del 1,4%), y también marcó una importante distancia con el registro de diciembre de 2016, que fue del 1,2%.

El incremento de diciembre, que se transformó en el más importante de 2017, estuvo impulsado principalmente por una suba promedio del 17 por ciento en el rubro vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles. Transporte (3,2%), equipamiento y mantenimiento del hogar (2,9%) y salud (2,4%) también mostraron un gran aumento.

A lo largo del año pasado, en tanto, el rubro vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles se incrementó un 55,6%, seguido por un alza acumulada del 34,1% en comunicaciones y del 31,5 % en educación, entre otros. 

Si bien por un lado el número implica una baja con respecto a 2016, cuando se superaron los 40 puntos, la cifra alcanzada quedó muy lejos de la meta proyectada del 12% al 17% que había planteado el Gobierno en el Presupuesto. Para dimensionar la suba, en términos comparativos, se puede señalar que la inflación de solo un mes en la Argentina equiparó el aumento de todo 2017 en Brasil.

En este sentido, se prevé un comienzo complicado a nivel precios en 2018. Además de que aún restan nuevos anuncios de incrementos en las tarifas de agua, luz y gas, el Gobierno ya adelantó que subirá el boleto de colectivos, trenes y subte a partir del 1º de febrero. También habrá un alza de precios en las prepagas, a lo que se sumará un nuevo salto en los valores de los combustibles.

Lo ocurrido en 2017 fue determinante para que el oficialismo decidiera sincerar las metas de inflación para este año, pasando del 12% al 15%. Sin embargo, las distintas consultoras económicas señalan que esa pauta no se va a poder cumplir, ya que superaría el 20%. 

A lo largo del año fue variando significativamente la dinámica del aumento del IPC: comenzó con un primer cuatrimestre con un incremento promedio del 2,2 por ciento por mes, por la concentración de las autorizaciones de ajustes de precios y tarifas, con la alta estacionalidad del período; luego le siguió una desaceleración manteniendo en un promedio del 1,5% en el segundo cuatrimestre, y terminó con una aceleración en el último período de un 2% promedio, finalizando con el 3,1 de diciembre.

Un dato a tener en cuenta en la Provincia de Buenos Aires es que los trabajadores estatales y de la educación recibirán una compensación salarial con los sueldos de enero. 

En el caso de los primeros, el acuerdo paritario había cerrado en un 18%, con cláusula gatillo ajustable cada tres meses, por lo cual en el próximo salario verá reflejado un alza del 1,7 por ciento. La recomposición en todo el 2017 fue del 4,3 por ciento. La misma suba se dará a los sueldos de los agentes de Policía y del Servicio Penitenciario

En tanto, para los docentes, cuyo acuerdo indicaba un aumento del 21,5 por ciento o (en caso de superar esa cifra) el número que marque la inflación, la compensación será del 3,3 por ciento.

Un vocero del gobierno bonaerense le dijo a diario Hoy que “está garantizado que tanto los docentes como los estatales no van a perder respecto a la inflación y tendrán la misma recomposición salarial. Con ambos sectores se aplicó y se aplicará la cláusula gatillo”. Los estatales recibieron ajustes de salarios cada tres meses (comenzaron a percibir el aumento antes que los docentes) y en el caso de los educadores, la cláusula gatillo se activará en febrero, con los haberes de enero.

CABA, GBA y Cuyo, al tope de los incrementos

El organismo que conduce Jorge Todesca informó también que la inflación núcleo fue del 1,7% a nivel nacional, con un acumulado del 21,3% en 2017.

De acuerdo con la medición oficial, el alza en diciembre fue mayor en el Gran Buenos Aires (3,4%), seguida por Cuyo (3,3%) y la región Pampeana (3,1%). Por debajo se ubicaron la Patagonia (2,5%), el Noroeste (2,3%) y el Noreste (2,2%). Mientras que en el acumulado anual, Cuyo (25,5%), el Gran Buenos Aires y la región Pampeana (25%) se ubicaron por encima de la inflación nacional. En cambio, el Noroeste (24,3%), la Patagonia (23,5%) y el Noreste (22,3%) tuvieron registros inferiores.

Los números de la problemática

- 3,1% Fue la inflación de diciembre

- 24,8% Es el acumulado de todo 2017

Principales subas de diciembre

17,8% Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles

- 3,2% Trasporte

- 2,9% Equipamiento y mantenimiento del hogar

- 2,4% Salud

- 1,8% Restaurantes y hoteles

Principales alzas interanuales (diciembre 2016 a mismo mes de 2017)

- 55,6% Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles

- 34,1% Comunicación

- 31,5% Educación

- 27,8% Salud

- 23,7% Bebidas alcohólicas y tabaco

Para el Gobierno, el impacto de precios se frenará en abril

Según trascendió, desde las oficinas del propio equipo económico del Gobierno nacional reconocen que durante el primer cuatrimestre del año se observarán alzas de algunos rubros, aunque consideran que esa situación comenzará a detenerse a partir del mes de abril.

En ese sentido estiman que la meta de inflación del 15% anual es un desafío difícil de cumplir, pero creen que estará por debajo del 17% y no por encima del 20%, como proyectan los principales economistas.

Desde las usinas económicas de Cambiemos calculan que la suba de la luz, la tarifa de los ferrocarriles y colectivos tendrán en febrero un impacto del 0,7%, y que un número similar se reflejará en abril (0,8%).

Las tarifas de agua y colectivo volverían a aumentar en mayo, pero según la estimación oficial representaría solo un 0,2% del IPC.

A su vez, se espera un nuevo incremento de los combustibles. Si bien surgió la información de que sería inminente una suba de las naftas de entre un 5% y un 7%, luego se dio marcha atrás con la medida. 

El avance de los valores en este rubro estaría a la espera de que el ministro de Energía, Juan José Aranguren, le dé luz verde.

La voz de los especialistas

“El origen de la inflación en la Argentina es fiscal”

Ramiro Castiñeira

Economista y director de la firma Econométrica

“Acá el problema de base es que el Banco Central siempre se impuso objetivos muy auto­exigentes y al hacerse las evaluaciones sobre esas metas parece que los resultados no son buenos, pero la realidad es que todo el esquema macroeconómico es gradualista y ahora esta llegando también el gradualismo al Banco Central. 

La inflación no era algo que iba a bajar tan rápido. Si bien baja, no es al ritmo de caída libre que proyectaban los analistas. No era posible pensar que en breve íbamos a estar en un dígito de inflación. El origen de la inflación en la Argentina es fiscal así que mientras exista el tamaño de déficit fiscal actual también va a existir una presión inflacionaria importante.

La meta planteada para este año, del 15%, también suena exigente. Las consultoras privadas están dando un número más cercano al 20%. Bajaría de casi el 25% de este año al 20%. Es decir que se va a seguir con el gradualismo, y la recomposición tarifaria es necesario hacerla. El país se tiene que poner a tiro de la región y eliminar las distorsiones de la economía”.

“El Gobierno ha privilegiado el nivel de actividad económica”

Manuel Solanet

Exsecretario de Hacienda

“Lo primero que debe hacer el Gobierno es atacar la cuestión fiscal, que está detrás de todos los problemas que tiene nuestra economía. Me refiero al déficit fiscal que, si bien lo están financiando con endeudamiento, finalmente tiene un impacto sobre el nivel de precios. La otra cuestión es el ajuste de precios relativos, vista la distorsión con la que se encontró el Gobierno, a fines del año 2015. Me refiero a la recuperación de las tarifas de los servicios públicos, tanto energéticas como del transporte, que tienen un impacto sobre los precios. 

El Gobierno ha privilegiado el nivel de actividad económica o por lo menos ha resistido medidas antiinflacionarias, a través de la política monetaria, que pudieran tener efectos recesivos. Ahora hay una acción en materia fiscal más fuerte de la que se venía aplicando. Probablemente la inflación no alcance a cumplir la meta planteada del 15% pero tendría que ser menor que la del último año.

Es un proceso gradual, el Gobierno ha preferido hacerlo de esta manera para no generar tensiones sociales”.

“Se corren muchos riesgos cuando se juega con la inflación”

Luis Secco

Economista y docente de la UNLP

“La inflación es siempre un fenómeno multicausal. Creo que la cifra de 2017 ha sido producto de una serie de políticas que implicaron un alza de precios mayor, con un componente importante de los valores regulados de la economía, como los precios de las tarifas que son administrados de alguna manera por el Gobierno: luz, gas, transporte, agua. Por otro lado, tuvimos una política fiscal mucho más expansiva, cuya consecuencia fue un crecimiento de la cantidad de dinero, que convalidó esta tasa inflacionaria. 

La inflación de 2018 aparece en expectativa levemente por debajo de la de 2017, pero el Gobierno no debería dar señales de un menor compromiso con la baja de este índice. 

Por ahora tenemos un Banco Central que quiere seguir desinflando la economía, en un contexto en el que la política está un poco más favorable a dejar que haya un tanto más de inflación. Cada vez que la Argentina pensó así, no le fue bien. Se corren muchos riesgos cuando se juega con la inflación”.

“La política implementada por el Ejecutivo no tuvo éxito”

Hernán Letcher

Director del Centro de Economía Política Argentino

“Terminamos 2017 muy alejados del índice previsto en el Presupuesto del año anterior, básicamente porque la política implementada por el Ejecutivo para tratar de domar la inflación, evidentemente, no tuvo éxito. El único mecanismo que desde el Gobierno utilizaron fue el de la tasa de interés y ese mecanismo, habiendo entregado todas las otras herramientas existentes, habiendo desregulado la economía en su conjunto, finalmente derivó en una inflación del 24,8%.

El Gobierno utilizó la tasa de interés del Banco Central como mecanismo para enfriar la economía y mantener a raya la inflación, incluso en varios momentos con un dólar planchado y, sin embargo, esa política no dio ninguna clase de resultado evidentemente. 

Con esos niveles de inflación vamos camino a que los trabajadores no recuperen nada del poder adquisitivo que vienen perdiendo desde 2016. Y la tercera cuestión es que, de cara a la discusión paritaria de este año, la ambición que tenía el Gobierno de discutir una paritaria en torno al 15%, me parece que está muy alejada de lo que los gremios podrían llegar a negociar”.

“Es un tema que el Gobierno no termina de domesticar”

Julio Gambina 

Economista y presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas

“La diferencia entre la meta inflacionaria prevista en el Presupuesto 2017 y el índice anual tiene que ver con la decisión política del ajuste fiscal que está avanzando, sobre todo, mediante la eliminación de los subsidios a los servicios públicos. El consecuente aumento de las tarifas tiene un impacto claro e inesperado por parte del Gobierno. Por otro lado, la evolución del tipo de cambio, sobretodo en el final de 2017, impacta en un conjunto de datos de la economía. Por ejemplo, en los bienes importados que se encarecen. Muchos de ellos son insumos claves para la producción industrial en la Argentina y eso impacta en los precios. 

La inflación es un tema que el Gobierno no termina de domesticar y no va a poder cumplir tampoco con la meta corregida para 2018 del 15%. La única forma de cambiar esto es o con una política brutal de ajuste, que el Ejecutivo intenta aplicar y no logra del todo, o con una política de redistribución del ingreso, para que el costo sea pagado por los sectores más concentrados de la economía. El Gobierno es consciente del problema y por eso intenta distintas medidas de ajuste”.

 

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