La mentira de unas paritarias libres que no existen

La meta de déficit cero que el Go-bierno incluirá en el Presupuesto 2019, a pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI), contempla, como ya anticipó este diario, el despido de más de la mitad de los empleados públicos.

Con un agravante, esos desplazados no encontrarán refugio en el sector privado, allí donde el Ejecutivo se jacta de unas paritarias libres que no existen.

Pues, salvo entidades financieras o bancos (los grandes ganadores de este modelo), o gremios con poder de fuego como Camioneros, la realidad es que la situación crítica de las PyMes las imposibilita a dar aumentos: los salarios se congelan o, en otros casos, para no avanzar con despidos los sueldos se bajan, se hiere de muerte la capacidad adquisitiva de los trabajadores, y se los coloca por debajo de la línea de la pobreza, como parte de una precarización que se profundiza.

Con un mercado interno cada vez más chico y la recesión mostrando sus garras, mientras las tasas de interés del país se elevan al 65% (siendo las más altas del mundo) y la carga tributaria supera el 70%, los recursos de las pequeñas y medianas empresas para mejorar las condiciones laborales de sus empleados son cada vez menos.

Así es que el Gobierno y los gremios más poderosos convalidan la mentira de unas paritarias libres que las PyMes, las que dan trabajo genuino en la Argentina, no pueden garantizar.

Y con las que ni siquiera cumple el Estado: ahí están todavía los docentes esperando por paritarias que les ofrezcan un salario que supere la línea de la pobreza; los policías, que se debaten entre horas extras y changas para sumar ingresos dignos; o los médicos, que atienden entre hospitales que se caen a pedazos, sin insumos y con sueldos paupérrimos para la tarea vital que cumplen.