Listo el pollo, cocinado el productor
La distorsión del valor que le pagan al productor y el que se paga en góndola. La avicultura llegó al pico más grande de pérdida de rentabilidad en la historia. Ayer colapsó la 9 de Julio con la protesta masiva del Grupo Rasic Hnos.
Los productores andan más apretados que los pollos en la propia granja, valga la metafóra, tan clara y tan triste como la de todas las economías regionales. A horas de que los culpables de esta crisis empiecen a dejar el mando, lo invitamos a que vean parte del estado espantoso en que dejó a la avicultura industrial, en la que las dos puntas de la cadena salen más “achuradas”: la del productor que recibe 70 centavos por kilo, y la del consumidor que paga 23 pesos el kilo.
Una industria, vale aclarar al lector, en la que existe una relación de subordinación entre los propietarios de granjas de engorde y las empresas como ésta que fue a concurso, Rasic Hnos (que comercializa los pollos de la marca Cresta Roja) y cuyos trabajadores ayer dieron muestras de hartazgo y colapsaron la Avenida 9 de Julio cansados de las mentiras de un Gobierno K que no los atiende (ver cuadro aparte). Diario Hoy se internó en la profundidades del tema para llegar a las raíces del mal en la que, como cuenta la leyenda, el zorro se metió al gallinero… y en nuestro país se comió hasta el productor.
El dirigente agropecuario Ricardo Grether, quien está acompañando en las gestiones a los avicultores de la Cámara Argentina de Productores Integrados de Pollos (CAPIP) para buscar soluciones, explicó que “el frigorífico le vende el pollo al supermercado, y éste en 48 horas recupera la plata y gana más que toda la línea. El productor vende a 70 centavos el kilo, cuando tiene 60 días de trabajo y además recién cobra a los 150 días de sacar la producción. Sufre por falta de plata y porque le pagan muy poco”.
El tema de que los frigoríficos paguen tan mal tiene otras “tretas” que le contó a nuestro diario Felipe Carlevaro, quien vive en una granja de Capilla del Señor con capacidad para 33.000 pollos y debió recortar gastos de todo tipo. Miembro de Confederaciones Rurales Argentina (CRA), advirtió que gracias a que hace dos años empezaron a hacerse conocer con reuniones “en el Ministerio de Trabajo y de Agricultura, ahora se dieron cuenta de que estamos tan mal que no podemos arreglar las granjas, que en Entre Ríos tapan los techos de los galpones con nylon, y que si nos arreglarían eso es pan para hoy y hambre para mañana, porque vamos a estar igual si nos siguen pagando esta miseria”, aseverando que “las empresas allí sólo van y cuentan sólo una parte de la historia”.
Una de las salidas que se busca para esta punta de la cadena productiva “es tener un contrato de producción de los Integrados con los frigoríficos y peladeros (caso Tres Arroyos, Rasic Hnos, Soychú, Las Camelias y otros) porque ellos cuando quieren te dejan sin producción. Por eso necesitamos un proyecto de ley, para regular, limitar y establecer derechos y obligaciones del integrador y del integrado”, amplió Carlevaro. “Si ahora voy al Banco por un crédito y digo ‘tengo una granja de pollo’, la realidad es que como no tenemos contrato de producción ninguno de nosotros somos sujetos de crédito. Aparte de obligaciones y derechos, aquel proyecto de ley estableció en su momento qué es lo que tenemos que cobrar por cada crianza, un precio que ponen ellos”, especificó el trabajador aviar.
¿Integrados?
Para muchos es muy confuso el sistema de cómo llega el pollo a la góndola. Ninguna de las empresas los producen. “Ellos tienen gallinas y gallos, los abuelos y los padres que ponen los huevos de los pollitos que luego pasarán a la crianza pura y sapiente del productor en sus instalaciones (galpones, comederos, silos, cortinas, estufas). El proceso se extiende hasta 60 días, cuando la empresa retirará cuando el pollo listo (2.800 kgs) para matarlo, viscerarlo y venderlo.
Quienes están en ese artesanal proceso de crianza se quejan porque el frigorífico, además de poner precios y condiciones, tienen deudas que llegan hasta “cuatro crianzas”, habiendo emitido cheques sin fondo.
La realidad es dura, y algunos productores cuentan penas como “un pollo de 3 Kg que en Entre Ríos pagan a $1,90, sale $65”.
Cresta Roja, cuentas rojas
Los problemas tomaron estado público en septiembre de 2004 entró en convocatoria de acreedores, siendo la primera erupción del volcán que siguió ayer, cuando su masa de empleados avanzó hacia Plaza de Mayo luego de tantas promesas desde que están en manos de un interventor provincial “que nos sigue mintiendo”. Se trata del K Daniel Gurzi, que fue funcionario de Scioli hasta 2012 y está ligado a Aníbal Fernández en Quilmes, en donde perdió las PASO (al designarlo la jueza comercial Valeria Pérez Casado, recibió “las más amplias facultades para tomar en forma unilateral las medidas” para mantener a flote la firma).
Rasic Hnos, con plantas grandes en Ezeiza y Monte, cuenta con muchísimos integrados y 2300 empleados. Supo ser la empresa más grande del sector. En su desbarranco financiero llegó a emitir 335 cheques sin fondos por más de $ 43 millones, de los cuales solo pudo levantar el 4%. No se conoce su pasivo total, pero se calcula que solo en materia impositiva tiene un rojo cercano a $ 1.200 millones.
Quienes producen para Rasic también están en grandes líos. Hace más de un año que no cobran. “Y al estar intervenido, no nos tiene en cuenta para entrar en una forma de cobro”, le contó a nuestro diario un productor, a quien se le mueren 5.000 pollos por día por no entregarles el alimento.
Pilares que evitarían la desnutrición
Este año la CAPIA (Cámara Argentina de Productores Avícolas) anunció que donará a los centros Conin –fundación que quiere erradicar la desnutrición infantil- 180.000 huevos por año para colaborar con la dieta de los chicos que asisten a ellos. Para conocer más sobre las bondades de la llamada carne blanca, Hoy dialogó con la nutricionista platense Diana Storino, quien advirtió que “al ser una proteína de origen animal tiene un alto valor nutricional, y es un buen reemplazo de la carne roja”. Además, consideró que “tanto para los chicos como para los ancianos a los que les cuesta la masticación, “un poco de pollo y sobre todo un huevo alcanza a cubrir la cuota diaria de proteína, y el huevo por ejemplo que es fácil de mezclarlo con verduras o preparando un omelete”. No obstante, la doctora Storino advirtió sobre la mala prensa de “las hormonas” que se sabe que hoy trae el pollo parrillero. “Tanto las hormonas como el alimento balanceado que les dan para el engorde los hace diferentes a los de campo, donde hay pollos bien criados, teniendo otro gusto al igual que los huevos”, aunque también indicó que no se debe generalizar y ver bien a la hora de hacer las compras.