Luján: los malos espíritus políticos detrás de la pared del Cementerio
El 19 de enero amaneció lluvioso en Luján, pero esa vez no hubo inundación ni tragedia natural… apenas un derrumbe del paredón trasero (más de 15 metros) en el Cementerio Municipal.
Luego de que pasara un mes, y que el Municipio no se acercara con personal ni material para efectuar la refacción, la noticia la dio un concejal, el vicepresidente del Concejo Deliberante y un grupo de vecinos, quienes se pusieron a juntar los ladrillos que cayeron sobre la vereda y que día tras día quedaban menos.
A las ordenes del “capataz” de la obra, el concejal Jonatan Fattorini, en un par de horas arreglaron algo de lo que “el gobierno municipal y su alianza no hicieron en más de 20 días", expresó indignado el ideólogo principal, que a tono con esta batalla que no es sorda sino bien mediática en pugna del poder, abrió la boca con mas ganas de pelear: “a este intendente no sólo no le importan los vivos, sino que tampoco nuestros muertos".
Según menciona el diario LujanHoy, aquella mañana fue una desgracia con suerte, puesto que “eran las 7 de la mañana y nadie caminaba por allí”.
Fattorini primero presentó un proyecto de comunicación al Ejecutivo, y al no tener respuestas, se puso a solucionarlo por manos propias y con la de los vecinos y miembros de su espacio político, además del vicepresidente del HCD lujanense, Marcelo Musso.
Por supuesto que hubo mangazo, ya que tras finalizar el primer día de trabajo, aprovecharon los micrófonos para pedir “a los que puedan donar”, dos bolsones de arenas, seis bolsas de cemento, seis bolsas de plasticor y tres bigas para hacer columnas.
Como diría el cantautor popular Ignacio Copani, aquí en la Argentina, “lo atamo’ con alambre”.