¿Miedo a un próximo corralito?

Los meses que pasaron han sido para el olvido, y, de no corregirse el rumbo, podrían venir peores. Por el menor nivel de actividad, la fuerte devaluación y una economía que profundiza su recesión. Pero también, porque el impacto se siente, como nunca, en el financiamiento de los bancos

Los meses que pasaron han sido para el olvido, y, de no corregirse el rumbo, podrían venir peores. Por el menor nivel de actividad,  la fuerte devaluación y una economía que profundiza su recesión. Pero también, porque el impacto se siente, como nunca, en el finaciamiento de los bancos.

El último mes, en forma silenciosa y sin que trascendiera en los grandes medios, se fugaron $13.300 millones en plazos fijos, tal como consta en los registros del Banco Central. Con una paradoja: entre quienes retiraron su dinero del banco hay funcionarios del Gobierno nacional.

La actual salida de fondos es la mayor desde la convertibilidad y ya enciende señales de alarma. ¿Por qué? Porque una buena parte de ese dinero las entidades financieras lo invierten en títulos públicos, pero la Argentina, con un riesgo país cada vez más alto, podría entrar en cesación de pagos. Otra porción de los fondos, los bancos la destinan a créditos, pero en tiempos en que la morosidad de la gente aumenta también aquí las entidades enfrentan riesgos de financiamiento. De ahí que los grandes ahorristas, curados de espanto, prefieren desertar con sus plazos fijos, ante el miedo de que los bancos no les devuelvan el dinero depositado. Temen por la vuelta de aquello que prefieren no recordar: el corralito. Y huyen, despavoridos.

Frente a estos riesgos de financiación, cuando el ahorro no se canaliza hacia la inversión productiva y con los depósitos fugándose, el panorama podría agravar la ruptura en la cadena de pagos. Todo puede configurar un cóctel letal para el funcionamiento de la economía real, redundando, como ya sabemos, en más pobreza y una clase media al borde de la desaparición.

Años atrás se lo llamó corralito. Quien sabe cómo lo nombrarán ahora. El Gobierno prefiere no hablar de ello aunque, entre las sombras, los funcionarios que tienen su dinero en el extranjero sigan mostrando signos de desconfianza: entre quienes retiraron más de $13.000 millones de plazos fijos en junio se encontraban la vicepresidenta, Gabriela Michetti, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el jefe del PRO en Diputados, Nicolás Massot.