Nueva tensión en LLA por el exceso de los influencers

El lanzamiento del “brazo armado libertario” abrió un nuevo conflicto interno en el Gobierno nacional. Creen que no era el momento.

Luego del escandaloso lanzamiento del llamado “brazo armado” de La Libertad Avanza, promovido por el influencer Daniel Parisini, conocido en redes como El Gordo Dan, creció el malestar en Casa Rosada por las conductas y acciones que vienen promoviendo durante las últimas semanas este tipo de figuras de riñón libertario.

“Estamos en un contexto positivo: la inflación baja, el riesgo país mejora, y los indicadores económicos dan señales alentadoras. ¿Para qué levantar el perfil? No era momento para abrir un nuevo frente de conflicto”, cuestionaron desde el entorno de la secretaria presidencial, Karina Milei, de acuerdo a lo que publicó la agencia Noticias Argentinas. Cabe destacar que la hermana del presidente iba a ir al acto, pero por cuestiones de agenda canceló la cita. “Menos mal que no fue”, subrayaron las mismas fuentes.

Desde el Gobierno nacional calificaron este episodio como un “exceso de entusiasmo” por parte de los jóvenes militantes digitales, a quienes los compararon con “adolescentes”. Asimismo, si bien estos influencers libertarios responden en gran medida al asesor presidencial Santiago Caputo (integrante junto a Karina Milei del llamado “triángulo de hierro” de La Libertad Avanza), desde Casa Rosada lo deslindaron de cualquier responsabilidad directa con el lanzamiento del “brazo armado”.

Por otro lado, las fuentes oficiales remarcaron que desde el entorno de Milei buscan que estas figuras no se excedan ni que funcionarios queden pegados a ellos, como pasó en la presentación de la nueva organización con el diputado bonaerense Agustín Romo; el director nacional de Comunicación Digital, Juan Pablo Carreira; el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo; el diputado nacional, Santiago Santurio, entre otros.

Por último, con las elecciones legislativas en el horizonte, Karina Milei busca reforzar el mensaje de prudencia en cada decisión comunicacional. “No podemos dar lugar a acciones que desborden los límites”, reiteraron desde su entorno.

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