El patrimonio del gobernador

¡Ojo Scioli, te estás transformando en Cristina Kirchner!

Al igual que sucede con Cristina Kirchner y la familia presidencial, el patrimonio del gobernador Daniel Scioli genera muchas sospechas. Hermetismo judicial

Desde hace tiempo, muchos analistas están esperando que Daniel Scioli tome distancia de Cristina Kirchner, ante la necesidad de obtener el voto moderado e independiente que le permita ganar en primera vuelta. Pero evidentemente Scioli está mirando otra película: es probable que el momento del destete nunca llegue. Peor aún, en los últimos días, el mandatario provincial decidió tomar como propias varias de las prácticas más controvertidas de la primera mandataria.

Por ejemplo, entre otras frases desafortunadas, Scioli dijo que la Argentina es el país de Latinoamérica donde más creció la clase media y hasta habló sobre una supuesta reindustrialización del país (ver Otra vez la realidad desmiente a Cristina y Scioli)  que solo existen en las mentes afiebradas de algunos de funcionarios que pululan por los pasillos de la Casa Rosada.

Otro claro ejemplo es lo sucedido con la insólita declaración jurada que presentó el gobernador, que no resiste el menor análisis. Así como el patrimonio de Cristina y de su familia no cierra por ningún lado, y hay sospechas de lavado de dinero a través de sociedades hoteleras con domicilios truchos, la declaración jurada de Scioli también genera sospechas. Tal como viene informando Hoy, el mandatario provincial hizo uso y abuso de un vacío legal existente en la Provincia para evitar consignar los bienes de su esposa, la empresaria Karina Rabolini, con quien se encuentra divorciado pero con la cual rehízo su relación hace varios años y de hecho Rabolini hace las veces de primera dama bonaerense.

Eso no es todo. Entre otras graves inconsistencias, Scioli declaró que el predio donde vive en una zona exclusiva –con vista al Río de La Plata- conocida como Villa La Ñata, que cuenta con 13.051 metros cuadrados, tiene una valuación de apenas $ 2.188.101. Según pudo saber Hoy, en esa zona el metro cuadrado construido no baja de los 1500 dólares. Es decir, si se tiene en cuenta que en La Ñata las construcciones abarcan 2291 metros cuadrados, solamente lo edificado tiene un valor U$S3.436.500, es decir, más de 53 millones de pesos tomando como referencia la cotización del dólar blue que es el que rige el mercado inmobiliario. A estos 53 millones hay que sumarle el valor del resto del predio no edificado, a razón de 150 dólares el metro cuadrado (casi U$S 1,6 millones). Es decir, el lugar donde vive Scioli no vale menos de U$S 5 millones, es decir, 75 millones de pesos, prácticamente 31 veces más de lo que consignó ante la Oficina Anticorrupción.

Obviamente, si cualquier ciudadano de a pie hubiese realizado una declaración jurada de similares características, desde la AFIP no tardarían en ir a golpearle la puerta de su casa o de su empresa. Es más, seguramente, sería denunciado por lavado de dinero y evasión agravada, un delito penal que contempla pena de cárcel. En el caso de Scioli, ello no sucedió ya que al frente del organismo recaudador se encuentra el inefable Ricardo Echegaray, un experto en encubrir a políticos oficialistas y amigos del poder. Recordemos, por caso, que en el año 2009 Echegaray dispuso el envío de funcionarios de la AFIP a la Patagonia para reunirse con el contador de los Kirchner, arreglar las inconsistencia de la declaración jurada y otorgarle los elementos para que el polémico juez Norberto Oyarbide dispusiera el archivo de la pesada denuncia por enriquecimiento ilícito que pesaba sobre el matrimonio presidencial.  Los datos, que sustentaban la demanda en aquel entonces, eran contundentes: los Kirchner habían aumentaron su patrimonio en casi el 1.172% en menos de una década. Y ese proceso no se detuvo tras el fallecimiento de Néstor y la correspondiente sucesión.

En tanto, la Unidad de Información Financiera (UIF) que debería investigar el lavado de dinero, que se encuentra a cargo del economista platense José Sbattella, es plena garantía de la impunidad K. Sbattella, que fue denunciado  penalmente por proteger a Lázaro Báez, Amado Boudou y Sergio Schoklender, estuvo presente –aplaudiendo en primera fila- en el acto que encabezó Scioli el lunes pasado en el Coliseo Podestá de nuestra ciudad.

Investigación judicial

La anterior declaración jurada pública de Scioli había sido presentada en el año 2007 ante la Oficina Anticorrupción. En aquel entonces había consignado que era de apenas $ 1,7 millones que, tomando en cuenta la cotización oficial del dólar oficial (no existía el cepo ni el dólar blue), equivalía a 555 mil dólares, incluyendo los bienes de Karina Rabolini que ahora no figuran en su presente declaración. Es decir, teniendo en cuenta estos antecedentes, el crecimiento de patrimonio de Scioli creció de forma exponencial. 

Antes de que Scioli presentara su declaración jurada, dos abogados -Jorge Vitale y Rafael Velischek- realizaron diferentes denuncias por enriquecimiento ilícito contra Scioli. La demanda de Vitale se presentó en San Isidro pero Velischek ya lo había hecho en La Plata, por lo que finalmente el proceso quedó unificado en el departamento judicial de nuestra ciudad, quedando a cargo de la Fiscalía de Delitos Complejos, a cargo de Jorge Paolini.

“Con la declaración jurada no alcanza ya que resulta tan insuficiente que se desploma por sí sola. Es más, con los ingresos que tiene como gobernador,  no le alcanza ni para pagar los impuestos  de lo que declara. Evidentemente, la AFIP y otros organismos miraron para otro lado, como sucede en otras causas en trámite. Hay mucho silencio de parte del Estado”, dijo Vitale ante una consulta de Hoy.

Cualquier similitud con el accionar de la familia Kirchner no es mera coincidencia. Así como en la AFIP no se ruborizaron en enviar funcionarios al sur, Paolini la semana pasada se acercó al despacho de Scioli a tomarle declaración, a pedido del propio gobernador. En tanto, en la fiscalía, mantienen un marcado hermetismo: desde hace más de dos semanas se niegan a responder las consultas del diario Hoy. Evidentemente hay gato encerrado.

Vacío legal que benefició al gobernador

Scioli pudo evitar dar a conocer su patrimonio en la Provincia durante ocho años debido a que la declaración de bienes, en la Provincia, se rige por un decreto de 1980, de la dictadura militar, que permite entregar en sobre cerrado la información patrimonial y no garantiza el acceso público. No es un instrumento idóneo para detectar ilícitos administrativos en que hayan incurrido aquellos agentes obligados a su presentación al no justificar el origen de sus bienes, limitándose por esta norma al mínimo la cantidad de funcionarios que deberán presentarla. A partir de una reforma introducida en 1987, sólo pueden acceder a las declaraciones juradas quienes tengan “interés legítimo en verificar el cumplimiento y contenido de normas patrimoniales”, un requisito discrecional que queda a criterio del poder político. 

En el año 2006, el entonces diputado provincial Walter Martello presentó un proyecto para derogar esa norma y hacer una Ley de ética Pública, que obligue al gobernador y a todos sus funcionarios a dar a conocer su patrimonio: la iniciativa durmió el sueño de los justos en una comisión y el kirchnerismo hizo que perdiera estado parlamentario. Cuando ello sucedió, Martello volvió a presentar el proyecto y ocurrió lo mismo. Un tercer proyecto, en tanto, logró tener media sanción en el Senado bonaerense, pero el oficialismo impuso su mayoría en Diputados y finalmente quedó cajoneado.

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