Otra anibalada del gobierno: “Argentina extinguió el hambre”

Luego de que la UCA informara que el 28,7% del país vive debajo de la línea de pobreza, Aníbal Fernández, tuvo otra polémica intervención. El Indec no actualiza las cifras desde 2013, pero tanto el Jefe de Gabinete como Cristina defienden aquellas mediciones con engañosas declaraciones

La hipocresía y el descaro K no tienen límites. Porque, luego de que el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) alertara que el 28,7% de la población del país (unos 11 millones de personas) se encuentra debajo de la línea de pobreza, y que de ellos, unos dos millones son indigentes que ni siquiera tienen las necesidades básicas satisfechas, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, tuvo otra repudiable intervención: “Es falaz, sin sentido; no creo absolutamente nada de lo que mide este Observatorio de la UCA”, y remató con otra de sus increíbles desmentidas: “Para la FAO [Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura], la Argentina extinguió el hambre y, prácticamente, extinguió la pobreza”.

Para entender la gravedad de los livianos dichos de Fernández, conviene desmenuzar el problema. En primer lugar, es paradójico que diga que no le cree a la UCA, pero sí al Indec, que desde 2013, cuando fijó la pobreza en 4,7%, no mide este indicador clave.

Los cálculos de esta alta casa de estudios, cercana al Papa Francisco, son los más respetada entre las mediciones no oficiales y se justifica por la tergiversación de las cifras K y el escaso interés del gobierno en volver a medir la pobreza. Para la medición, la Iglesia Católica realiza una profunda tarea de campo a través de Cáritas.

Para la UCA, la pobreza es mayor a la del año anterior, y no detiene su alza desde 2011, en parte, producto de una inflación cercana al 30% que crece por encima de los salarios, influyendo en la pérdida del poder adquisitivo de los sectores con sueldos fijos, en el desempleo y golpeando a la clase trabajadora en general.

Por todo lo dicho, la declaración de ayer se inscribe en otra de las célebres “anibaladas” del kirchnerismo, que se aferra a la FAO para jactarse de que el país extinguió la miseria, palpable con apenas caminar las calles. Esta mentira es parte de un círculo vicioso que sólo puede creer el propio gobierno, que se alimenta a partir de los datos falsos y estancos del Indec, en los que se basó la FAO para reconocer, incluso, al país por haber “logrado mantener por debajo del 5% su nivel de malnutrición” durante los últimos 25 años. Es decir, el premio incluyó los mandatos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, como si en esos períodos la pobreza tampoco hubiera superado el 5%. Los datos de la FAO son, cuanto menos, sospechosos y juegan su papel a la hora de validar el relato de los gobernantes.

Ya el mes pasado, en Roma, la presidenta Cristina Kirchner avaló la cifra del cuestionado Indec al afirmar que la pobreza no superaba el 5%. Entonces, Aníbal fue otra vez desopilante, dijo que “Alemania tiene más pobres que Argentina”.

Casi en el mismo sentido, el ministro de Economía, Axel Kicillof, llegó a cuestionar la necesidad de medir la pobreza, para “no estigmatizar” a los pobres, además de tratarse de un indicador “muy difícil” de medir.

Ahora, el inefable Jefe de Gabinete intentó explicar que si el Indec no mide la problemática desde 2013, es porque el gobierno está “redefiniendo su forma de calcular” la pobreza porque “la vieja forma de medir [la misma con la que midieron sus 4,7% de pobres] nunca fue nacional” y estaba “desactualizada”.

A confesión de partes…

Rector de la UCA: “Hay una deuda social grave”

El rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), monseñor Víctor Manuel Fernández, le respondió al Gobierno al advertir que sus datos sobre la pobreza son “razonables” y que significan “un cuestionamiento”, ya que “su objetivo es poner de manifiesto y reclamar una deuda social todavía no saldada”.

El teólogo de consulta del Papa Francisco aseguró que el hecho de que la pobreza afecte a “más de 20% del país” conforma un “núcleo duro” de personas con el cual se mantiene “una deuda social grave”.

"Si aplicáramos la canasta del Indec nuestras mediciones nos darían 20% de pobres. Pero para advertir que nuestros números son razonables, miremos nuestros datos sobre la indigencia, que son del 6%. O sea, unos dos millones de indigentes: gente que a fin de mes tiene dificultades para comer. ¿Alguien puede pensar que entre el Gran Buenos Aires y las villas del interior no suman 2 millones en situación de indigencia?”, disparó.

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