Sueldo mínimo de $10.000 a las fuerzas de seguridad
El gobierno de Cristina anunciaría hoy o mañana el aumento de salario con mínimos 10.000 pesos a Gendarmería, Prefectura Naval y a las policías Federal y Aeroportuaria. Que las fuerzas de seguridad reciban un incremento salarial no deja de ser una buena noticia, siempre y cuando tanto las arcas del estado como la realidad económica del país les permitan dar el salto cualitativo a ellos.
Ahora bien, el problema radica en que esto no es sustentable porque la economía de nuestro país está sufriendo las consecuancias de la famosa "década ganada", en donde el crecimiento del déficit fiscal y la emisión monetaria alocada, no son una solución sino parches, o como ocurre, por ejemplo, con los 7.500 millones de dólares de déficit energético que tenemos en 2013.
En este contexto alocado, donde empíriricamente anunciar una decisión del piso salarial va a tener consecuencias impredecibles en lo económico, y no porque no sea justo, sino porque no es sustentable.
En este contexto, las empresas privadas en un mercado con incertidumbre y recesión, no van a poder aumentar sus salarios con todo lo que acabamos de explicar, y así, las consecuencias serían sobre empleos. Además, las empresas tienen que afrontar la agobiante presión impositiva del gobierno y conseguir a precio dólar los insumos que necesitan para funcionar. El famoso modelo, del que tanto se llena la boca la presidenta, está cada vez mas destinado a terminar a convertir a la Argentina en un país de servicios y actividades sin valor agregado, castigando a todo aquel que produce o genera empleo genuino.
Los argentinos están pagando las consecuencias de que el gobierno haya desperdiciado una oportunidad única para cambiar el rumbo de subdesarrollo de nuestro país. En lugar de implementar los recursos en planes estratégicos para recuperar el aparato productivo y generar empleo genuino, se derivaron a hacer crecer de forma exponencial el Estado ineficiente, totalmente alejado de las verdaderas necesidades de la gente.
El empleo público fue usado como un conchavo para intentar enmascarar la desocupación. No hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta que si actualmente solo 3 de cada 10 argentinos no viven del Estado, la ecuación económica no cierra por ningún lado.
