Una “década ganada” a fuerza de clientelismo
A un día de las elecciones provinciales en Tucumán, crecen las denuncias contra el kirchnerismo por la presunta compra de votos a través de “regalos” como colchones, chapas y alimentos. Pero es apenas un caso testigo de una práctica instalada en las zonas más postergadas del país, como el Norte argentino y el Gran Buenos Aires
Yo voy a votar al que me dé algo, porque realmente necesito. Nos falta todo. Colchones, chapa. No nos ayuda nadie”, se le escuchó decir a Ernesto, carpintero y uno de los 1.145.360 tucumanos habilitados para votar en las elecciones provinciales de mañana, en un clima enrarecido por las crecientes denuncias de clientelismo que circundan al oficialismo (que intentará mantenerse en el poder con la fórmula encabezada por Juan Manzur, el vicegobernador ungido por José Alperovich para sucederlo), fraude; y por las protestas del sector agrícola (Ver aparte).
En una provincia en la que, según el prestigioso Observatorio Social de la UCA, el índice de pobreza se ubica en el 34%, el Estado aprovecha la víspera electoral para disfrazarse de “bolsones de mercadería y ofertas de dinero a cambio de votos”, según denunció el radical José Cano, candidato a gobernador del Acuerdo para el Bicentenario.
Una ecuación perversa
Perdidos en el extremo norte de la Argentina, los tucumanos sin techo, colchones ni comida aprendieron que, en el kirchnerismo, sus esperanzas tienen sentido cada cuatro años, que sólo entonces sus reclamos importan, porque cotizan en sufragios. La ecuación es sencilla: cuando necesitan los votos, los gobernantes recuperan la memoria de las calles rotas, los barrios sin asfaltar, las familias postergadas. Las familias, que necesitan la ayuda urgente, prometen agradecer en las urnas al candidato que primero los registre. Así, se transforman en un perverso trofeo de la demagogia K.
Hoy, las luces apuntan a Tucumán, pero es apenas un caso testigo de una realidad preocupante: “el clientelismo desvirtúa la democracia, las instituciones republicanas y es posible en la medida en que la gente sea pobre y tenga baja educación”, advirtió, en diálogo con Hoy, el economista y Jefe de Investigaciones del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), Jorge Colina, quien además sentenció: “El clientelismo retroalimenta la pobreza y la falta de educación, lo que genera mayor dependencia en los que menos tienen, algo de lo que la clase política gobernante se aprovecha”.
Según estimó Colina, estas prácticas son usuales en el Norte argentino, pero también en el Gran Buenos Aires. “La manipulación llega hasta los regalos -aclaró el especialista-; es difícil determinar si, una vez dentro del cuarto oscuro, la persona vota por quien le dio las donaciones. Pero, sin dudas, es una práctica perversa, porque ocurre en zonas rezagadas, porque compromete a la gente pobre a la hora de ir a las urnas”, aseveró el investigador de IDESA.
Hijos de la necesidad
Y es en época electoral cuando el kirchnerismo maneja más discrecionalmente su “caja”, por fuera del presupuesto, acelerando los giros a los distritos del mismo color político y “financiando el clientelismo”, opinan los analistas.
Pero también, hay otras variables. En provincias como Jujuy, Salta o Tucumán, con altos índices de pobreza, y en las que las economías regionales viven una situación terminal, “los sufragios también se compran con empleo público que, junto al clientelismo, es el gran amortiguador con el que cuenta el gobierno nacional”.
“El empleo público es una forma sofisticada de clientelismo. Por otro lado, hay cierta influencia de los planes de asistencia, principalmente bajo la forma de la Asignación Universal por Hijo y del plan Progresar, los más difundidos en el interior”, le dijo Colina a nuestro diario, y afirmó que “la forma de revertir el clientelismo es con mayores niveles de educación, pero en la Argentina se ha retrocedido. La falta de educación y la pobreza generan dependencia”.
En Tucumán, como en el resto del país, la necesidad tiene cara de hereje. “Alperovich dijo que hay que ser hijo de puta para entregar mercaderías a cambio de un voto, se estaba mirando al espejo. El sistema electoral en Tucumán está pergeñado para el clientelismo con fondos públicos”, disparó Cano en el cierre de una campaña tan sucia como despreciable.
“Ante la crisis, el kirchnerismo continuará con parchecitos”
El presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), Egidio Mailland, dio por sentado que el kirchnerismo continuará con su estrategia de promover “parchecitos” y la entrega de “centavitos y pesitos” para atender la crisis que viven las economías regionales, la lechería y la producción de trigo.
“Las medidas concretas, de fondo y soluciones para el campo no aparecen. Sí hay pequeños parches intentando parecer que atienden el reclamo. Si bien cada región tiene su problemática, todas tienen un punto en común y es que hay una fuerte caída de la rentabilidad producto de un aumento del costo argentino”, aseguró el productor bonaerense, y reclamó: “Hace falta devolver rentabilidad y competitividad. Hay que eliminar retenciones y los cupos a la exportación, que, sumados al tema impositivo, hacen un cóctel letal para el campo”.
