Una disputa que dejó heridas abiertas

EN FOCO

En política, muchas veces, resulta mucho más importante aquello que se evita decir públicamente. Anoche, tras conocerse el triunfo sin atenuantes de Rodríguez Larreta, el macrismo mostró el habitual escenario de festejo, que incluyó baile, música y cotillón. Ahora bien, por más que Michetti reconoció rápidamente la derrota y brindó un mensaje conciliador, al interior del Pro el horno no está para bollos. Las declaraciones de la senadora durante la campaña calaron profundamente ya que, tal como lo informamos en las páginas del diario Hoy, apuntaron a dos cuestiones sensibles de la administración macrista como es el negocio del juego (y los pactos con el empresario K, Cristóbal López) y el alarmante crecimiento del narcotráfico, que tiene su epicentro en la Villa 1-11-14.

En ese sentido, los dichos de Michetti desafiaron la conducción de su jefe Mauricio Macri, sumándose a otra serie de desplantes que le realizó en los últimos años. Cabe recordar, por ejemplo, que se negó a ser candidata a gobernadora bonaerense (es nacida en la localidad de Laprida) e hizo lo mismo cuando el propio Macri, antes de anunciar su postulación presidencial, le ofreció acompañarlo en la fórmula.

Ante esta situación, existen muchos interrogantes acerca de cuál será el destino de los votos que cosechó Michetti. Por eso, si Larreta quiere hacer una buena elección y evitar el balotaje necesariamente necesitará sumar el respaldo de Michetti que, hoy por hoy, está en duda.  El otro dato electoral clave es que el kirchnerismo quedó relegado al tercer lugar en territorio porteño. Fue un verdadero papelón. No sólo porque la candidatura de Recalde tuvo un impresionante respaldo económico desde la Casa Rosada, sino también porque los K –especialmente La Cámpora- se apuraron a festejar que habían logrado constituirse como segunda fuerza en la Capital Federal, cuando ello finalmente no ocurrió. Quedaron en un cómodo tercer lugar, lejos de Eco, en cuya interna se impuso el economista Martín Lousteau, que ahora sumará un caudal de votos para nada despreciable que cosechó su contrincante en las Paso, Graciela Ocaña. También podría recibir una porción de los votos que obtuvo Michetti.

El penoso papel de Recalde, y del resto del universo de candidato K, va en sintonía con su paupérrima gestión en Aerolíneas Argentinas, una empresa del Estado que se ha convertido en una cueva de ñoquis y militantes rentados que sostenemos todos los argentinos con nuestros impuestos.

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