OPINIÓN

Cómo se realiza el peritaje para saber si una persona disparó un arma

Por Prof. Lic. Walter Gorbak (Lic. en Criminalística. Experto en Balística Forense y Armamento. Perito de Parte – Perito Judicial. Profesor en Criminalística – Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El caso Nahir Galarza.

En los últimos tiempos, y como producto de la difusión in creyendo, de causas criminales de las que la ciudadanía demanda interés, y donde muy especialmente se encuentran víctimas fatales de por medio, es donde se comienza con una vorágine de información.

Este aluvión de información que se inicia como producto del correcto trabajo del periodismo judicial / policial, donde a veces se exteriorizan resultados periciales, y donde letrados participantes o no de la causa como así también peritos o forenses improvisados, y en aditamento a los doctores en  opinología –que siempre los hay-, hacen llevar conclusiones tendenciosas generando al ciudadano común, desorientación, error, o mínimamente mala información.

Es así, que cada nuevo caso se expone para ser observado o analizado, por la ciudadanía, que con mucha razón cada vez se encuentra más interesada en ver como los organismos de la Administración de Justicia llevan adelante su fin – objetivo que si se realiza de buena forma hace fortalecer a la República, y que cuando esa Administración fracasa repercute en el descreimiento hacia los órganos judiciales.

Días atrás fue nuevamente sacudida la población, con el asesinato consumado en la localidad de Gualeguaychu, donde resultara fallecido Fernando Pastorizzo, teniendo como imputada a otra jovencita – Nahir Galarza.

Es así, que primeramente aparecieron en los medios de comunicación, los padres de la imputada junto a su abogado defensor, en un entendible afán de defender a la adolescente, lo cual es licito y comprensible desde el rol propio de la familia, para luego a los pocos días aparecer otro interlocutor encargado de acomodar dichas comunicaciones y generar en los medios otro tipo de imagen, de la hasta ahora, imputada.

Hasta aquí podríamos decir que es una circunstancia que no trasciende en gran medida, hasta que se dio a conocer el resultado de la pericia de “Parafina” que se realizará a la misma sospechada, Nahir Galarza.

Es así que el resultado arrojó NEGATIVO, lo que ni lerdos ni perezosos (parafraseando al refrán popular) la defensa comenzó a instalar en los medios que la imputada entonces no fue la que disparó el arma de fuego, por lo que habría un fallecido de dos disparos pero la única imputada de la causa no sería la que disparó conforme el resultado de dicha pericia.

Es ahí donde solo muy contados medios que se dedican a este tipo de casos judiciales / policiales, han tenido el atino de consultar a los que desarrollamos una intensa actividad pericial en Balistica Forense y/o somos referenciado en dicha disciplina.

A dicho lineamiento, seriamente recibo la convocatoria del Diario HOY, para tratar de llevarle a Ud., como lector, la explicación técnica de la forma más sencilla posible para que sea Ud. el que construya la opinión y no tome los dichos de voceros o medios que desinforman, creando así subjetividades que llevan a ningún lado.

Una de las pericias frecuentes que se solicitan cuando hay un secuestro de algún arma de fuego estando al menos un individuo imputado, y donde se presupone que hubo algún disparo en el evento, es precisamente verificar si dicha persona –portadora o no del arma- ha ejecutado tal acción.

Para ello, y ahora si abstrayéndome por completo del caso de Gualeguaychu, y tomando la explicación como para un caso cualquiera y general, es que se comienza preliminarmente a la peritación del arma de fuego, primero para establecer si efectivamente es una arma de fuego y no se trata de una réplica u otro elemento, para luego si verificar si la misma funciona, es decir, si puede efectuar disparos.

Por tal motivo, se comienza a analizar el arma secuestrada, accionando los mecanismos propios de ella, estando la misma descargada, para luego si proceder a efectuar sobre un banco de pruebas los disparos de experiencia y tener la primera de las conclusiones – igualmente sobre este punto dedicaré el último párrafo y cierre de este artículo.

Ahora bien, el test de Parafina o también conocido como DERMOTEST, es una técnica que por resultados imprecisos, comenzó a tener dificultades en la comunidad científica, donde a partir de la década del ´70, la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) recomendó a los países miembros ir suprimiendo la ejecución del Dermotest por el mayoritario carácter conflictivo de sus conclusiones.

La realidad hace que igualmente muchísimos países, o mejor dicho, instituciones policiales y/o periciales, sigan realizándolo, pero para ser tenido en cuenta como complemento pericial, más allá que para el plexo Jurídico Argentino, cualquier pericia igualmente no es vinculante.

El Dermotest o test de la Parafina, consiste en su carácter original en colocar sobre los dorsos de ambas manos del individuo y dedos externos, parafina en estado líquido, lo que implica estar a una moderada temperatura la que facilita la apertura de poros de la piel, y que al momento de solidificarse (es como una cera de la vela liquida cuando se seca), donde también se puede auxiliar esta técnica con complementación de gasas “guantelete de parafina”, permitiría retirar completamente las partículas depositadas en dichas manos.

Al momento de producirse un disparo, dependiendo de diversas variables que deben ser analizadas y ponderadas por expertos, tales como la tipología de arma de fuego, carga de pólvora de los cartuchos, forma de empuñar el arma, fabricante y modelo de arma, condiciones climáticas, velocidad del viento, altitud, etc. etc., potencialmente se registrarían residuos del producto del disparo, que pueden depositarse en esas zonas a peritar. Dichos residuos están vinculados a partes constitutivas de la pólvora, denominados principalmente como nitritos y nitratos.

La técnica se complementa con la aplicación de reactivos colorimétricos que reaccionan justamente brindando un color (generalmente rosa o violeta – en los reactivos tradicionales) con esos nitritos o nitratos y así dando el POSITIVO.

Ahora bien, la técnica –como en su momento se indicara- presenta errores, brindando en ocasiones FALSOS POSITIVOS, es decir, indicarían como que una persona disparó un arma, pero en realidad la reacción brinda la coloración especifica porque es producto de que la persona por ejemplo manipuló fertilizantes, o quizás manipuló metales ferrosos, u otras cuestiones que hacen que la persona per se tenga estas partículas pero por otro tipo de condición o situación.

Por otro lado, puede brindar FALSOS NEGATIVOS, que es cuando no reaccionan los reactivos colorimétricos, pero verdaderamente sí la persona disparó el arma. Allí, lo más frecuente es que el individuo pudo asearse las manos lavándolas, o bien frotándolas con trapos o toallas, u otras cuestiones que por lógica, que como perito especializado, me abstendré a develar. Razón por la cual se exige que entre el tiempo probable de ejecutado el disparo hasta el tiempo de realización del Dermotest sea en un lapso bastante próximo – para acotar el ardid de los implicados.

Cabe aclarar que a menudo también se realiza el Dermotest con cintas adhesivas –suplantando la parafina- donde los resultados son todavía más inespecíficos y menos recomendados.

Hoy la ciencia nos brinda otras formas más categóricas para la determinación si disparó una persona, donde estoy en condiciones de afirmar por compartir experiencias con los equipos criminalísticos de los países de punta en la materia, es que se aplica predominantemente la técnica del SEM, o Microscopia de Barrido Electrónico, donde en nuestro país existe pero no está totalmente difundida o instaurada para todas las cuestiones.

Ya aquí para la toma de muestras en las manos y dedos se hace a través de un adhesivo circular de carbono, el que viene totalmente esterilizado y protegido del medio, y que luego permite ser colocado en dicho microscopio. Allí, la Microscopia de Barrido Electrónico, trabaja bajo el principio de la microscopia óptica en la que se sustituye el haz de luz por un haz de electrones, generando una imagen tridimensional de la partícula.

Para la determinación del disparo en un arma de fuego, se trabaja fundamentalmente con los residuos generados por el fulminante- parte constitutiva del cartucho- que son el bario, plomo y antimonio, dando la POSITIVIDAD de la pericia, cuando se encuentran estas partículas fusionadas y que son específicas de los fulminantes, ya que no hay otro producto de la naturaleza que la genere, brindando confiabilidad absoluta a la pericia –para aquellos casos POSITIVOS.

Por último, como en su momento indiqué cuando se efectuaba el análisis del arma de fuego, para verificar la aptitud para el disparo, es allí donde debe ejecutarse un muestreo testigo que servirá para interpretar el resultado pericial futuro, con las características propias del arma secuestrada y sus cartuchos de idéntica carga de pólvora, ya que hay variabilidades múltiples, y si no se trabaja con idoneidad y experiencia, seguramente causará confusión futura a la causa y quizás la Justicia haga un paso más para alejarse de la verdad.