Condenan a perpetua al asesino y violador de Sandra Ayala Gamboa
El tribunal validó la calificación de la fiscalía de homicidio agravado por alevosía y placer. Y sentenció al “Sátiro de las Niñeras”. Nelly, la mamá de Sandra, encabezó una nutrida marcha.
El constructor Diego José Cadícamo (36), alias “El Sátiro de las Niñeras”, fue declarado culpable ayer de la violación y homicidio de la joven Sandra Ayala Gamboa, ocurrido en febrero de 2007 en un edificio abandonado de la ex Dirección de Rentas, de avenida 7, 45 y 46, en pleno microcentro de nuestra ciudad, y se difirió el anuncio de los fundamentos de la sentencia.
La medida la adoptó hoy el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) V de La Plata que condenó a Cadícamo, quien desde septiembre era juzgado por el crimen de Ayala Gamboa (21) y otras ocho violaciones perpetradas en La Plata entre el 13 de octubre de 2005 y el 18 de abril de 2007.
Según el veredicto, el tribunal lo halló culpable del mencionado homicidio y de la violación de otras siete mujeres, ya que en uno de los casos se decretó la nulidad debido a que no se pudo contactar a la víctima para que asista al juicio.
Los jueces Carmen Palacios, Horacio Nardo y María Martiarena resolvieron diferir para el próximo jueves 7 de noviembre la graduación de la pena y la lectura de los fundamentos del fallo, aunque se infiere que Cadícamo fue condenado a prisión perpetua.
Es que, según el veredicto, los magistrados hicieron lugar al pedido formulado en los alegatos del juicio por la fiscal Maribel Furnus, quien solicitó se condene a Cadícamo a la pena máxima por el delito de homicidio calificado por alevosía, debido al estado de indefensión de la víctima, y por placer.
La fiscal se basó en los estudios sobre la salud mental de Cadícamo realizados por peritos que revelaron que se trata de “un psicópata, insensible y manipulador” y que es un “predador que busca víctimas fácil de atacar y posee una sexualidad en base a fantasías sádicas”.
Según los peritos, al imputado la muerte “le proporciona una excitación mayor, goza matando en medio del dolor de la víctima”, y concluyeron en su estudio que se está “ante uno de los más sádicos que hemos encontrado en la historia forense”.
“Un monstruo”
Luego de conocerse el veredicto, Nelly Gamboa, madre de la víctima, calificó a Cadícamo como “un monstruo” y aseguró que si bien a Sandra “nadie la va a devolver”, espera que “le den perpetua sin ningún beneficio”.
La joven, oriunda de Perú, fue violada y asesinada el 16 de febrero de 2007, cuando se dirigió junto a su amigo Walter Silva a un edificio de la ex Dirección de Rentas bonaerense, dependiente del Ministerio de Economía provincial, ubicado en la calle 7 entre 45 y 46 de La Plata.
Allí la joven debía entrevistarse con un hombre que le había ofrecido trabajo como niñera, por lo cual Silva se retiró y dejó a la joven, de la que nada más se supo hasta que seis días después fue hallada violada y estrangulada en el baño de ese edificio. El crimen se descubrió por un bombero que entró al lugar debido al fuerte olor que salía del edificio y descubrió el cuerpo de la chica en un baño del segundo piso, donde estaba semidesnuda y había sido ahorcada con su corpiño.
Un cruce de patrones genéticos dio con el acusado
Al finalizar la lectura del adelanto del veredicto, Nelly, la mamá de Sandra, se abrazó a la fiscal Maribel Furnus. El esfuerzo de las fiscalías, tanto la de juicio como la de instrucción -a cargo del fiscal Fernando Cartasegna-, fue notorio.
Luego de tres años sin poder hallar al autor de ese crimen, finalmente con un cruce de los patrones genéticos del imputado con las muestras de ADN hallado en Gamboa y otras víctimas, se pudo establecer que Cadícamo era el autor.
El hombre tenía un perfil de víctimas: todas eran jóvenes oriundas de Perú o de alguna provincia del norte argentino y en todos los casos las contactaba con la excusa de ofrecerles un trabajo como empleada doméstica o niñera.
Cadícamo citaba a las jóvenes en una zona céntrica y las sometía en propiedades desocupadas u obras en construcción, como la del exedificio de Rentas, en donde había trabajado como albañil.
El edificio de la avenida 7: el escenario
El acusado fue detenido en febrero de 2010 en la ciudad misionera de Apóstoles, donde se había ido por cuestiones laborales, luego de violar e intentar asesinar a una joven de 14 años, quien logró identificarlo.
Tras descubrirse el crimen, la madre de la víctima viajó a la Argentina donde se quedó hasta el juicio y encabezó varias marchas junto a organizaciones de derechos humanos para pedir el esclarecimiento del hecho.
También se pintó la fachada del edificio con inscripciones solicitando justicia y se realizó una gigantografía con el rostro de Sandra Ayala Gamboa y la agrupación Justicia por Sandra impidió en varias oportunidades que se reabriera el inmueble donde funcionó el exarchivo de Rentas bonaerense.
Otra sentencia histórica
El violador serial recibió ayer su pena tras seis años y diez meses que insumió el trámite de la causa penal.
La fiscal Maribel Furnus señaló ayer que se sentía “muy conforme por la condena lograda”, a la que consideró “histórica”, ya que no hay muchos antecedentes de condenas de homicidio por placer.
Esta fiscal hace un mes logró otra histórica sentencia.
Fue el caso seguido a otro violador serial -Emiliano Perandonez Pérez-, a quien le aplicaron la pena de 49 años de prisión por 29 hechos de violación.
El antecedente del “Petiso Orejudo”: Cayetano Santos Godino
“Realmente el fallo es histórico. Me costó encontrar antecedentes en la historia penal de la Justicia argentina, y lo más notorio que hallé fue el caso del llamado Petiso Orejudo (Cayetano Santos Godino, el primero de los asesinos seriales de la República Argentina), que, en ese momento, el agravante (por placer) no se llamaba así, sino que tenía el nombre de perversidad brutal; eso después fue modificado y se introdujo dentro del inciso cuatro por odio racial, codicia o placer. No hay ningún antecedente. El último fue el de Martín Barrios, conocido como el tirador serial de Belgrano, que lo habían imputado con este agravante pero finalmente no fue condenado, sino declarado inimputable”, dijo ayer la fiscal Furnus a diariohoy.net.
Y agregó que el agravante por placer surgió a partir de “los dos psiquiatras que evaluaron esta mente tan particular de Cadícamo. Cuando en el juicio yo les repregunté, no sólo lo confirmaron (que Cadícamo mató por placer), sino que lo fundamentaron en una serie de cuestiones que después también fueron motivo de alegato”.
El acusado aún tiene cuentas pendientes, ya que el próximo año será juzgado en la provincia de Misiones por varios casos de violación y tres intentos de femicidio, situación que supone una larguísima estadía del condenado tras las rejas.