Crimen del subcomisario Gutiérrez: “En memoria de mi papá, exigimos justicia”

La víctima fue asesinada de un disparo en 1994. Para los particulares damnificados, el homicidio estuvo vinculado a la “Aduana Paralela” y al narcotráfico.

La Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de La Plata realizó ayer el segundo día de juicio oral a los policías Alejandro Santillán y Francisco Mostajo, acusados por el crimen del subcomisario Jorge Omar Gutiérrez, asesinado de un disparo en la nuca el 29 de agosto de 1994, cuando viajaba hacia Quilmes en un tren del ramal Constitución-La Plata.

“En memoria de mi papá, exigimos justicia”, enfatizó Marilyn Gutiérrez, hija menor de la víctima, quien era hermano del exintendente de Quilmes y exdirigente de la UOM, Francisco “Barba” Gutiérrez.

La testigo relató que en los días previos a que su padre falleciera, ella lo notó preocupado y pensativo. “Recuerdo su cara mirando hacia el techo”,dijo. Marilyn también recordó que ella y su familia siempre iban en auto con su progenitor hasta la estación de tren, y allí él tomaba la formación. “Ese domingo fue su última sonrisa, lo acompañamos y no vino más”, sostuvo.

“En otras comisarías en las que estuvo mi papá, él siempre nos llevaba y nos presentó a sus compañeros de trabajo. En esta, no”, remarcó la joven. De acuerdo con la hipótesis de las abogadas del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Carla Ocampo Pilla, Lucía Extremera y Carolina Farotto, el subcomisario había comenzado a investigar un depósito lindero a la comisaría en la que se desempeñaba. “De esa investigación derivó la de la Aduana Paralela”, explicaron.

“El domingo 28 de agosto de 1994 mi papá llamó para avisar que iba a llegar más tarde. A las 6 de la mañana (del día siguiente) el comisario Díaz llamó y le dijo a mi mamá que mi padre había tenido un enfrentamiento. En mi casa, había gente extraña por todos lados”, dijo la testigo.

“Juicio fraudulento”

Se trata del segundo juicio que afrontan los acusados, ya que Santillán había sido absuelto en un primer debate en 1996, que luego fue anulado. Por su parte, Mostajo estuvo prófugo de la Justicia durante la mayor parte del proceso. En 1998, en representación de la familia, desde el CELS se presentó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Se determinó, en el fallo, que había suficiente prueba para “concluir la participación de agentes estatales en la ejecución del subcomisario, así como en la obstrucción de la investigación”, señaló el CELS. La hija del damnificado recordó: “El juicio oral de aquel año fue muy fraudulento, hubo mucho menoscabo a la familia con el tema de la requisa”.

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