El crimen de Angeles y las palabras del portero: “Soy responsable de lo de Ravignani 2360; fui yo”

Según la versión oficial, eso dijo Jorge Mangeri al declarar como testigo. Ahora se sabe que la adolescente murió por aplastamiento, dentro del camión de basura. ¿Y el móvil? Un misterio

"Soy el responsable de lo de Ravignani 2360; fui yo”. Con esas palabras, Jorge Mangeri (45) selló su suerte en la historia del crimen que ocurrió hace apenas una semana pero ya se presenta como uno de los más conmovedores de los últimos tiempos: el de la adolescente Angeles Rawson.

Después de varios días de rumores, especulaciones y datos cruzados, la Procuración Nacional difundió ayer por fin un comunicado con información sobre la declaración del encargado del edificio de Palermo, las lesiones que tiene en su cuerpo y la mecánica de la muerte de la víctima. Lo que sigue siendo un misterio es el móvil del ataque, aunque, se sabe, la justicia no requiere de uno para imputar a alguien en un crimen.

De acuerdo a la versión oficial, Mangeri se autoincriminó a las “5.15” del sábado, cuando el sospechoso, por entonces un testigo en la causa, pidió declarar ante la fiscal María Paula Asaro. Antes de eso, el portero ya había incurrido en “continuas contradicciones”, por lo que Asaro suspendió la testimonial y dispuso que médicos legistas lo revisaran “con motivo de las lesiones” que el hombre vinculó “a supuestos apremios ilegales y a la privación ilegítima de la libertad que dijo haber sufrido horas antes de su concurrencia a la fiscalía”. 

Tras la revisión se produjo la segunda audiencia ante la fiscal, en la que “el ahora imputado manifestó: ‘Soy el responsable de lo de Ravignani 2360; fui yo’. Luego remarcó: ‘Mi señora no tuvo nada que ver en el hecho’ y ratificó que ella no había estado el lunes en el edificio”, precisó el comunicado. 

Al escuchar esas palabras Asaro interrumpió a Mangeri recomendándole que guardara silencio y que lo que quisiera decir lo hiciera en presencia de un abogado defensor, ante el juez de la causa. 

Luego, redactó el pedido de indagatoria del encargado en el que citó las evidencias en las que basaba su acusación, entre ellas su acceso al sótano del edificio, su conocimiento en la recolección de la basura, las bolsas de supermercado en el que solía comprar y el haberse autolesionado para ocultar las heridas producidas por la víctima en su defensa. 

La fiscal evaluó -de acuerdo con el dictamen médico- que las lesiones que denunció el imputado como originadas en apremios ilegales se corresponden en realidad con la defensa de la víctima frente al ataque y con el intento posterior de borrar esas huellas en su cuerpo”, precisó el informe. 

Sin embargo, Jorge García, un amigo de Mangeri, contó ayer que el viernes último lo atendió en su casa cuando le dijo que acababa de sufrir torturas y ”aprietes” policiales por el crimen de Angeles. 

El comunicado también detalla que a partir de los últimos peritajes se determinó que la adolescente murió por aplastamiento dentro de un camión compactador de basura donde fue arrojada atada y embolsada (ver aparte). 

Por otro lado, ayer quedó confirmado por el médico que practicó la autopsia que la adolescente no fue violada y que los peritos no hallaron semen ni otro rastro biológico de un tercero en la bombacha colocada en el cadáver de la víctima. 

Sin embargo, aún se esperan los resultados de los hisopados vaginales y anales que realizaron los médicos en la autopsia. 

Mangeri, por lo pronto, fue trasladado de la alcaidía del Palacio de Tribunales al modulo 1 del complejo penitenciario 1 de Ezeiza, donde permanecía aislado. 

“No sería extraño verlo transportando bolsas de peso”

A una semana del hallazgo del cuerpo de Angeles Rawson, la fiscal María Paula Asaro cree haber reconstruido lo que pasó desde que la víctima salió de su clase de gimnasia, en el predio lindero a la Ceamse de Colegiales. Estima que regresó al edificio a las 9.50 del lunes para cambiarse, almorzar y concurrir al colegio Virgen del Valle. Pero no llegó a su departamento, según declaró la empleada doméstica Dominga Trinidad Torres, quien estaba trabajando allí en ese horario. 

En el hall del edificio Jorge Mangeri habría discutido con Angeles, a la que conocía desde los 4 años, y la golpeó aunque se desconoce el motivo. Ayer se mencionó que ella lo habría insultado, pero ésa no es más que otra especulación. Al verla desmayada, se sospecha que el portero hizo todo lo demás. Le ató el cuello y las extremidades con hilo sisal; le colocó una bolsa de residuos verde (del supermercado Día de Santa Fe, Ravignani y Arévalo, donde Mangeri compraba siempre) y la introdujo en una bolsa “tipo consorcio de color negro” que depositó “en un container de residuos de la zona, para su recolección por los camiones compactadores”, precisó el informe oficial.

La fiscal tuvo en cuenta que Mangeri “también trabajaba en el edificio situado enfrente de donde vivía la niña”. Es que allí se realizaban “refacciones de cañerías, producto de lo cual, los residuos del material eran sacados en bolsas de consorcio a la calle” y “no sería extraño ver al encargado transportando bolsas de peso”. En el pedido de indagatoria Asaro hizo también hincapié en que Mangeri “conocía el horario de paso del camión recolector (de basura)”.

Otro indicio advertido por la fiscal: “No saludó a la familia, amparándose en una enfermedad”

El informe de la autopsia concluyó que Angeles murió por aplastamiento dentro del camión compactador de basura donde fue arrojada atada y embolsada. Es que, según el comunicado de la Procuración,  “el mecanismo de compresión instalado” en esas unidades “le habría provocado lesiones  vitales, como ser traumatismos múltiples, producto del aplastamiento progresivo sobre tórax, cuello y cabeza”. Así lo informó también el médico a cargo de la autopsia, Héctor Konopka, quien descartó, además, que la víctima haya sido violada.  

Mientras tanto, los investigadores aguardan los resultados de otras pericias de ADN a la espera de encontrar el perfil genético de la víctima en muestras y elementos secuestrados en el sótano del edificio o en la casa y el auto de Mangeri. Y procuran hallar el perfil genético de quien la asesinó en el hilo sisal que habían atado en el cuello y extremidades de Angeles, en un cabello hallado adherido a una de las uñas o en el uniforme de gimnasia escolar que tenía colocado.   

Hay otro dato que llamó la atención de la fiscal, aunque no incrimine directamente a Jorge Mangeri: Que no haya saludado “a la familia de la víctima, a pesar de la trascendencia de la tragedia sufrida, y sobre todo  cuando los conocía desde hacía 12 años a la fecha, amparándose en una enfermedad”.