La escalada de inseguridad en La Plata se llevó otra vida

Un joven de 24 años fue asesinado de un tiro en la nuca, cuando cuatro delincuentes ingresaron a su casa de Villa Elvira. Estaba con otros tres amigos

Un nuevo homicidio, en plena etapa de aislamiento social y obligatorio, sacude a nuestra ciudad. Nuevamente, la reinante y ascendente inseguridad en las calles de nuestra región se llevó una nueva vida inocente.

En este caso, la de un chico de 24 años. Este se encontraba durante la madrugada de ayer, en su casa de Villa Elvira junto a un grupo de amigos, cuando fue sorprendido por cuatro delincuentes. Uno de ellos, lo ejecutó de un tiro en la nuca para escapar luego con zapatillas y otras prendas de vestir.

Efectivos policiales, anoticiados del hecho, dieron con los ladrones durante la huida, pero fueron incapaces de detenerlos. Los perdieron de vista aun cuando los autores del hecho se descartaron a mitad de camino de una de las dos motos en las que iban.

El brutal suceso, que marca a las leguas la crisis de inseguridad que rige en cada calle de La Plata, aun con la circulación limitada, se materializó alrededor de las 2.30 en un domicilio ubicado en 91 entre 12 y 13. Allí dentro se hallaba Ian Weber junto a dos allegados: Matías (18) y Hernán (20), mientras que un tercero, identificado como José (19) acababa de llegar con otros dos amigos.

Antes de que estos pudieran ingresar, aparecieron cuatro desconocidos a bordo de dos motos tipo Tornado. Estos entraron a la fuerza a la propiedad, empujando y amenazando a las víctimas. De los últimos tres jóvenes en arribar a la vivienda, solo quedó José, ya que los otros dos lograron huir a las corridas.


Una vez en el interior, redujeron a los cuatro presentes y comenzaron a exigir dinero y las motos que había en el lugar. “Estaban armados y encapuchados”, le confió a diario Hoy un vocero calificado. Al parecer, Weber intentó resistirse al asalto y buscó ingresar a su habitación para alejarse de los criminales, pero no llegó a hacerlo: uno de ellos le descerrajó un tiro por la espalda. La bala le entró por la nuca y lo mató prácticamente en el acto.


Persecución


Tras el asesinato, le quitaron a José: unas zapatillas Nike de color negras con la insignia blanca, un pantalón gris de la misma marca y una campera oscura Puma con el logo verde fluorescente. Antes de retirarse, obligaron a los damnificados a buscar la vaina servida, la cual se llevaron una vez que la tuvieron en su poder.
Solos en la finca, los jóvenes llamaron al 911 y se acercó un patrullero y una ambulancia del SAME, cuya doctora cercioró el deceso de Ian. Se convocó al Gabinete de Homicidios de la DDI y a la fiscalía penal de turno, se preservó la escena del crimen y se implementó, por otro lado, un operativo cerrojo para dar con los causantes.


En Los Hornos, un móvil de la fuerza detectó a los implicados, escapando a toda velocidad en los dos rodados, y se inició una persecución que culminó en 141 entre 71 y 72. Allí, a uno de los vehículos –una Honda Tornado roja y negra que tenía pedido de secuestro al haber sido robada el 17 de marzo del presente, también en Los Hornos- se le enganchó una campera en la rueda trasera y sus ocupantes, ante el temor de caerse, la abandonaron y siguieron a pie. Dejaron, entonces,lo que llevaban consigo, que fue incautado para la investigación: una barreta, una sola zapatilla Nike negra con la insignia y el logo en blanco, otras Nike grises y azules con la pipa y letras blancas y otro par de la misma marca, blancas, pero con la insignia y el logo rosa.


En cuanto a los hampones, tanto esos dos como sus otros dos cómplices, se escabulleron y, hasta el cierre de esta edición, permanecen prófugos.