Merlo: detuvieron a un estafador
A través de una concesionaria la banda pedía anticipos pero las unidades nunca fueron entregadas.
Un hombre fue detenido en las últimas horas acusado de integrar una banda de estafadores que simulaba tener una concesionaria de autos y vendía unidades de alta gama por redes sociales pero cuya operatoria en realidad era obtener anticipos sin entregar los rodados, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
La organización cometía las maniobras desde una casa quinta de la calle Constitución 720 de Merlo Centro, en el oeste del Gran Buenos Aires, donde captaban a las víctimas y obtenían señas de 20.000 a 40.000 pesos para iniciar la supuesta compra que nunca se concretaba.
La investigación se inició con la denuncia de un damnificado ante la Fiscal 3 de Morón, Valeria Courtade, que daba cuenta de una de las de alrededor de 40 estafas detectadas, que mediante la red social Facebook se habrían realizado desde la presunta concesionaria.
Las fuentes contaron a Télam que la banda, que estaría compuesta por unas 10 personas, reunía varios autos de alta gama y los ponía en el lugar como exposición de una falsa venta para que las víctimas lo vean y creyeran que se podía hacer la transacción con mucha facilidades.
Siempre usaban los nombres de grandes automotrices para tener peso en sus maniobras y de esa forma engañar al comprador y que fácilmente haga el depósito de dinero para la adquisición de autos, lo que finalmente no ocurrirá, agregaron los investigadores.
Uno de los denunciantes había dado por un auto Chevrolet Prisma de color blanco modelo 2018 una seña de 20.000 pesos vía transferencia bancaria, contó a Télam uno de los investigadores.
"La promesa de la entrega del auto estaba pactada para el 18 de agosto, pero nunca se efectuó y se realizó la denuncia en la justicia. Luego se fueron sumando otras víctimas que habían pasado por la misma modalidad de robo", indicó la fuente.
La modalidad de estafas era que la empresa fantasma seducía a futuros compradores por red social Facebook y Mercado Libre, donde exponían autos de distintos modelos y marcas con entrega inmediata tras un adelanto de dinero y saldo hasta 36 cuotas, pero nunca se efectuaba la entrega del vehículo que era vendido a varias personas.
La quinta fue allanada por la comisaría primera de Merlo con orden del Juzgado de Garantías 1 de Morón, donde se detuvo a uno de los presuntos estafadores, identificado como Nicolás Ernesto Montiel, de 41 años, quien sería el encargado de mostrar las unidades.
En ese lugar se secuestró un Renault Prisma modelo 2018 de color blanco -que estaba estacionado para captar a clientes- así como diferentes documentos y elementos para la causa como computadoras y agendas de posibles falsos clientes, según el comunicado.
"Los estafadores usaban los nombres de marcas reconocidas de automóviles y fábricas para ampararse en la estafa, con vendedores virtuales que iniciaban la venta y luego mandaban al presunto cliente al lugar para que vea la unidad que le gustaba y desde ahí comenzaba la estafa con entrega de una seña para la reserva", aseguró un jefe policial.
Uno de los estafados dijo a Télam ser uno de "los engañados que cayó a la red de los estafadores con la compra de su primer auto que nunca llegó a concretarse y que había entregado 40.000 pesos de seña para un auto de un valor de 400.000 pesos, pero que nunca lo entregaron".
El joven, que pidió mantener en reserva su nombre, agregó: "Me di cuenta cuando me daban muchas vueltas para la entrega y luego de saber que el auto que había comprado era vendido a otros. Parecía todo muy real pero son estafadores y delincuentes".
El detenido se encuentra alojado en la dependencia policial a la espera de ser indagado por la fiscalía de Morón, mientras se sigue con la búsqueda de otros autores de las maniobras que se estima que se alzaron con millones de pesos producto de estas maniobras delictivas.
Las caso 40 personas estafadas que se conocieron en las últimas horas se encuentra una pareja de la Policía de la Ciudad, quienes tienen previsto para hoy en horas de la tarde concentrarse en el lugar donde funcionaba el lugar para protestar y que le entreguen el dinero robado.