“No queremos un ramo de flores, queremos que la atiendan”

Los padres de la policía atacada y fracturada durante un servicio en Ensenada le contaron a este medio que hubo abandono de persona y que los médicos tuvieron que ser ellos.

a madrugada del pasado martes marcó un antes y un después en la carrera policial de Camila Cerdeira, una oficial de 27 años que fue brutalmente atacada por un narco de 38 años. Fue durante un procedimiento de rutina materializado en la zona céntrica de Ensenada.

ProdLucto del hecho, desatado en las calles San Martín entre Perú y La Paz, la joven terminó con una fractura expuesta de tibia y peroné luego de que el agresor se le abalanzara con toda su fuerza. Por ello, debió ser trasladada de urgencia hasta el Hospital Cestino.

El jueves, dos altos jefes policiales la visitaron en su casa de Punta Lara, le llevaron un ramo de flores y le agradecieron su vocación de servicio, pero eso no palió los inconvenientes que la mujer tiene que padecer.

En diálogo con este multimedio, los padres de la víctima, Mónica y Miguel, contaron cómo avanza la recuperación de Camila, y manifestaron que no todo es color de rosas.
Desde su domicilio de Punta Lara de la calle 104, aseguraron que a su hija la abandonaron. Y dejan en claro algunas situaciones que se fueron registrando en las últimas horas entorno a la atención que está recibiendo la oficial.

“Queremos aclarar que el médico de la ART que fue a visitar a mi hija le dijo que tenía que tomar un Ibuprofeno 600 cada seis horas y que dentro de 15 días podía salir corriendo” relató Miguel, y aseveró: “En el Hospital Italiano se negaron a operar el tobillo a mi hija. No le recetaron nada y ni siquiera le dijeron que se ponga hielo. Hicieron abandono de persona”.

Fuerte dolor de cabeza

“Ella está con dolor y no puede dormir; el sábado se descompensó y tuvimos que llevarla al hospital porque le estallaba la cabeza. Tardaron cuatro horas en pasarle medicación y nos enteramos que también tiene un golpe en la nariz, la tiene hinchada” manifestó Mónica. Su marido, en tanto, especificó: “El traumatólogo no se quiso hacer cargo y dicen que solamente la puede atender el médico de la ART.

Para ella, en las últimas horas, el médico tuve que ser yo: la mediqué, le puse hielo y hasta el martes no se puede hacer nada, por el feriado del lunes. Ese día le hacen una resonancia magnética y con suerte el miércoles deciden qué hacer con ella”. Y el hombre tampoco se olvidó del accionar policial: “El responsable de la Policía de Ensenada le llevó un ramo de flores, pero nosotros no queremos flores: queremos que la atiendan”.

Como si fuese poco, ambos detallaron que Camila se vio en la obligación de vender su propio vehículo para costear los gastos hospitalarios: “Tuvo que vender su auto. Se lo compré yo para que pueda tener algo de plata”, dijo el hombre.

En la actualidad, Cerdeira vive junto a su pareja. Mañana, tras el feriado de este lunes, debería volver a recibir asistencia médica. “Le tienen que hacer la resonancia el martes y recién el miércoles la va a ver el traumatólogo. Una semana tuvimos que esperar para ver qué van a hacer con la pierna de mi hija”.

Además de Camila, en el salvaje incidente también resultó lesionada una oficial de 33 años. A la otra vìctima, del ahora detenido, le propinó un fuerte golpe en el pecho, que por suerte no trajo demasiados inconvenientes para su salud.

Todo se originó cuando ambas uniformadas se acercaron al individuo que, en plena madrugada, estaba sentado sobre la vía pública, en épocas de aislamiento social y obligatorio. Con el fin de identificarlo y corroborar si tenía el permiso para estar fuera de su casa le solicitaron la entrega del documento, pero el hombre arremetió contra ambas. Cuando estaba por ser reducido por otros policías que llegaron como refuerzo, aparecieron dos jóvenes, de 24 y 32 años, para defender al revoltoso. Este, en su poder tenía 35 envoltorios de marihuana listos para su venta, por un total de 58,7 gramos, y cuatro vainas servidas calibre 9 milímetros.

Terminó tras las rejas por los delitos de lesiones graves calificadas, infracción a la ley de drogas 23.737 e infracción al artículo 205 del Código Penal.