Se reanudó el juicio por jurados a los imputados por el homicidio de un abogado

Los acusados son la pareja de Miguel Gómez y un hombre con quien habría mantenido una relación paralela. El hecho ocurrió en noviembre del 2015 en La Granja.

En el marco del juicio oral que se les sigue a Marina Irala (46) y a Cristian Olguín, acusados por el crimen del abogado platense Miguel Ángel Gómez (66), ocurrido en noviembre del 2015, ayer continuó el debate con la participación de un jurado popular.

El primero en declarar fue Diego Pérez, primo segundo de la víctima, quien dijo que hablaba seguido con él sobre política, tal como lo hizo la noche en que el letrado falleció. Sostuvo que Gómez estaba en pareja con Irala pero que las últimas veces que habían dialogado, este comunicó su intención de separarse.

Luego dio testimonio una agente que en aquel año integraba el Gabinete de Homicidios de la DDI de La Plata. Contó que su trabajo consistió en transcribir lo que decían los acusados, quienes tenían sus teléfonos intervenidos. Por pedido de la abogada de Irala, la

uniformada también leyó la conversación entre dos sujetos, quienes afirmaban que al profesional lo habían matado por un ajuste de cuentas.

Sin embargo, la fiscal Helena de la Cruz Orsi y Julio Beley, representante del particular damnificado, solicitaron que quedara constancia de que quienes conversaban por teléfono lo hacían sabiendo que estaban siendo escuchados por orden judicial.

También testificó Daniel Ibáñez, amigo de la víctima. Relató que empresarios de Italia querían fabricar hormigón en la Argentina, por lo cual el abogado consiguió una fábrica en Rosario, pero como necesitaban una visión técnica del proyecto lo convocaron a él.

Con referencia a la relación personal de Gómez, su amigo expuso: “Había una señora en la casa de Miguel. Al principio, pensé que era alguien de limpieza, pero después me enteré de que tenía una relación de pareja con ella”.

La investigación

Durante el juicio se intenta reconstruir qué fue lo que ocurrió el 15 de noviembre del 2015. Para la fiscal Virginia Bravo, pasadas las 22 dos personas ingresaron a un domicilio de City Bell y atacaron a Gómez. Previamente, Olguín e Irala habrían coordinado el plan, ya que la mujer vivía en la residencia con su esposo.

Ambos atacaron “con golpes de puño a la par que, utilizando elementos cortantes, le provocaron heridas en la cabeza, cuello y tronco, que lo condujeron a un estado de indefensión y, con un elemento candente, le infirieron quemaduras”.

Tras golpear con saña a Gómez, le colocaron una cinta adhesiva en los ojos y una bolsa, que sujetaron con una corbata, de acuerdo con el requerimiento de elevación a juicio del caso.

Envolvieron al profesional con un acolchado, lo subieron en estado agonizante a un Volkswagen Gol Trend y lo llevaron hasta un descampado de 143 y 511.

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