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Taxistas y repartidores de aplicaciones se trompearon en pleno centro
En plena cuarentena, poco respetada, los primeros les reclaman a los segundos que ocupan con sus motos los espacios que siempre les pertenecieron
Lejos de respetar el Decreto de Necesidad y Urgencia dictado por el Gobierno nacional para combatir la pandemia del coronavirus, los platenses salieron a las calles en estas semanas, en mayor o menor medida.
Así, entre otros hechos, se produjeron numerosos asaltos en una ciudad azotada por la delincuencia. Durante la tarde de ayer, sin embargo, se vivió una grotesca situación en pleno microcentro, donde se agarraron a trompadas repartidores de diferentes empresas y taxistas.
El descontento entre los involucrados viene ascendiendo y ayer llegó a su punto más caliente. Aparentemente, los deliverys fueron copando espacio y de a poco se apropiaron de las plazas donde suelen estacionar los taxistas a la espera de pasajeros; dejando allí las motos con las que reparten los pedidos de la gente a través de las aplicaciones.
Los trabajadores del transporte mostraron su furia y ayer reaccionaron de la peor manera; increpando a los integrantes de la otra parte, conformada por empleados de Pedidos Ya, Glovo! y Rappi.
Al principio se trató de una discusión, pero la misma fue subiendo de tono hasta que derivó en una pelea, que se materializó en 47 entre 7 y 8, frente a los reconocidos locales de comidas rápidas, y sin importarle a ninguno de ellos el aislamiento social y obligatorio.
“Todo fue por la ocupación del espacio en la parada. La parada de 47 es estratégica, mucho más en un momento de crisis para nuestro sector como en esta cuarentena”, explicaron desde el sindicato de taxistas.
Otra versión indicaba que el malestar fue porque, ante dicha crisis, los transportistas pueden también entregar alimentos, metiéndose en el terreno de los repartidores.
Ante la primera reacción de plena inacción, los numerarios policiales presentes en la zona terminaron interviniendo y lograron separar a los implicados sin que hubiera que lamentar heridos.