Un crimen brutal que generó conmoción en un barrio platense
Los investigadores analizan el asesinato del joven de 26 años que fue ultimado de dos golpes en la cabeza en calle 6 entre 39 y 40.
Mientras el Gabinete de Homicidios de la DDI La Plata sigue buscando al criminal que, de dos brutales golpes en la cabeza, le arrebató la vida a un joven durante la madrugada del sábado en Barrio Norte, los vecinos de la zona no salen de la conmoción.
Al mando de su titular, la DDI negaba que se haya tratado de un nuevo homicidio. Se excusaban diciendo que, hasta que no estuviera el resultado de la autopsia sobre el cadáver, eso no podía saberse, pese a los dos impactos en la ceja derecha y en la nuca que tenía la víctima, Jorge Curcio (26), y que le produjeron fractura y hundimiento de cráneo. “Esos golpes no lo mataron”, dijeron los pesquisas de esa fuerza, aunque a la luz de la verdad, sus palabras quedaron desacreditadas. Otro vocero, a su vez, lo desmintió: “Tenía la cabeza destrozada, con el arco superciliar derecho a la miseria”, le contó a Trama Urbana.
Finalmente, la autopsia habló. Determinó que el hombre sufrió un “trauma de cráneo con fractura y hundimiento en el parietal izquierdo con hemorragia subaracnoidea, además de una lesión frontal sobre el lado derecho de la cabeza y una lesión equimótica en los nudillos de la mano de ese lado”, compatible a una pelea previa.
La razón de ocultar el asesinato, tal vez esté relacionada con la cantidad de muertes dolosas que hubo este año en nuestra región, una de las más afectadas del país después de Rosario. Hasta el momento se produjeron 38 homicidios, pese a estar hace más de cuatro meses en cuarentena. Varios de esos hechos, como este, permanecen impunes.
Fierrazos
Acerca de Curcio, se supo que había comido un asado junto a un grupo de amigos. En esa comida sobraron las bebidas alcohólicas y en ese marco, con el damnificado en estado de ebriedad, se habría producido una gresca. Sin embargo, la misma no se concretó en la casa donde se produjo la reunión, sino en la vía pública.
Así, sobre las calles de 6 entre 39 y 40, el homicida le asestó dos golpes, al parecer con un fierro, que le quitaron la vida antes de que pudiera ser asistido por los profesionales que llegaron en una ambulancia. Estos le practicaron maniobras de resucitación pero nada pudo hacerse.
El joven tenía entre sus pertenencias su billetera con $65 y su DNI, pero no sus zapatillas. El asesino se las quitó junto con su celular que, de acuerdo a las fuentes consultadas, siempre llevaba consigo.
La verdad, creen los especialistas, está en el grupo de personas con las que se juntó esa madrugada, aunque hasta el momento no hay mayores avances en ese aspecto. Curcio no tenía domicilio fijo, alternaba sus días entre dormir en la calle y hacerlo en domicilios de allegados. Serán ellos, también, importantes para resolver la causa, caratulada como “homicidio”.