Violaron, robaron y ataron de pies y manos a una joven en City Bell

La víctima, de 23 años, esperaba el micro en el Camino General Belgrano y 450 cuando fue abordada por un depravado, quien la amenazó con un cuchillo y la llevó hasta un descampado.

Esperando el colectivo en una parada de uno de los caminos más importantes de City Bell, durante las primeras horas de un despejado domingo todavía de cuarentena, una joven de 23 años jamás se imaginó el horror que estaba a punto de vivir. Antes de que llegara la unidad de transporte público, se le acercó un hombre, la amenazó con un arma blanca y la llevó hasta un descampado. Amparado por la poca circulación, tanto peatonal como vehicular, le robó lo que tenía, la ató de pies y manos y abusó sexualmente de ella.


Fuentes policiales le contaron a este medio que la víctima, cuya identidad se reserva debido a la gravedad del caso, aguardaba un micro casi sobre la esquina del Camino General Belgrano y 450, alrededor de las 6.30. Sin embargo, tuvo que abortar sus planes cuando apareció un sujeto de unos 60 años, “a pie, con ropas oscuras, el rostro tapado con un pañuelo y un gorro de lana”, según el parte urgente al que Trama Urbana tuvo acceso.


Armado con un cuchillo, la amenazó y la obligó a seguirlo hasta un descampado que se levanta en calle 28 y se extiende de 443 a 446. Allí le sacó el dinero que llevaba y su celular, para pedirle a continuación que le practicara sexo oral. Como ella se resistió, el depravado le ató las piernas y las manos, le bajó su ropa interior y la accedió carnalmente, al parecer mientras le aseguraba que era un prófugo de la justicia. Cometido el bestial ataque, se dio a la fuga y desapareció, sin siquiera desatar a la mujer y sin ser observado por nadie.

La investigación


Un llamado al 911 alertó a los agentes de la fuerza y al personal de la comisaría Décima, con jurisdicción en la zona. Estos se acercaron al lugar, constatando el hecho. Asistieron a la damnificada y la trasladaron sin pérdida de tiempo al Gabinete de Delitos Sexuales de la DDI. Allí, ella les relató su pesadilla a los detectives intervinientes, luego de ser contenida por los profesionales de la salud.


Para dar con el responsable, de quien hasta el cierre de esta edición nada se sabía –ni siquiera hay posibles sospechosos-, los agentes de la fuerza analizan las diferentes cámaras de seguridad. Estas, de carácter tanto público como privado, están emplazadas en la zona del hecho, y en sus inmediaciones, y bien pudieron haber captado el momento de la agresión.


A su vez, los numerarios de la DDI estudian la vestimenta de la joven. De esta manera, pueden llegar a detectar material genético de su abusador, tal como esperma, cabellos o fibras. Sin embargo, hasta el momento se desconocen