Donde otros abandonan, ellos toman altura...

De La Plata a Bolivia para jugar en el Municipal Tiquipaya, de la B Nacional de aquel país, mientras sueñan con volver a un club de AFA. Gracias a sus físicos, también los contrataron como modelos 

Bolivia, puesto 68 en ranking FIFA, mirará por TV el Mundial de la “samba”, pese a que el seleccionado verdolaga estuvo en la Copa del ‘50. Sí, Bolivia, con esa escases de oxígeno que amilana a deportistas de toda disciplina. Bolivia, la de las canchas remotas, como tiene el Municipal Tiquipaya, donde no se han apunado los sueños de Lucas Basualdo y Facundo Escalante, defensor y delantero, respectivamente, de “escuelita” en Gimnasia. Hoy, desde un infinito, desde la B Nacional (así se la llama a la segunda en la Federación Boliviana de Fútbol) se curten como seres de otras civilizaciones con la intención de pegar la vuelta a algún equipo de Argentina “algún día”. Con un rival más que difícil, un espíritu melancólico que ha de estar listo para faulearlos: no ver a sus hijos. Padres jovenes, Escalante nos habla de su “enano” y Lucas tipea por Facebook sobre su “princesita”. De repente, sus ojos se topan con las montañas, con una cultura diferente. Basualdo llegó primero, gracias a un contacto de Juan Ojeda, ex jugador Pincha y de Argentinos Jrs., que los tuvo que dejar por una lesión. Y ahi llegó el negrito Escalante. Viven juntos, como hermanos que no se fallan, jugando y vivendo de tal forma que ganaron el afecto de muchos lugareños.

-¿Qué puede decirse del fútbol en el Altiplano?

-En todos los equipos hay mínimo un argentino; hace poco estuvo el Bichi Fuertes, en Sport Boys. Y el Tito Pompei dirigió acá. The Strongest y el Bolívar llegaron a 8vos de Libertadores (LB). 

-¿Y del lugar, que dicen...?

-Vivimos en un pueblo, Tiquipaya, muy típico boliviano, gente trabajadora y buenas personas. Son muy creyentes, este es un pueblo con mucha fe, muy creyentes de la pacha mama y respetan mucho la cultura de toda Bolivia. Y de todos los lugares en que jugamos tiene la hinchada más exigente que hay.

-¿Dónde más jugaron ustedes?

-Después de Gimnasia me fui a Arsenal (2008), me salió España y no lo dudé, con 20 años fui y estuve hasta 2010. De ahí me salió Primera en Corea, el Daewo FC. De ahí a China, y ahora en Bolivia (L.B.).

-También, de las inferiores de Gimnasia (hasta la reserva) y pasé a Cerrito, de la 1º A de Uruguay. Dos años en la Liga de Lobos, volví a Uruguay para jugar en Plaza Colonia (B Nacional) y antes de venirme a Bolivia estuve en Racing de Trelew (Argentino “B” 2012/13).

Coinciden en que tener una buena base las juveniles de instituciones profesionales los hizo marcar una diferencia. Eso sí, la adaptación pasó por otros temas, pero sin angustias.

-¿Se adaptaron a las comidas?

-Acá es todo muy picante y con muchas calorías, pero nosotros estamos con una dieta especial que nos dio un nutricionista deportivo (F.E.). César D'Ardis, un amigo conocedor del tema, me recomendó no almorzar antes de los partidos para que la digestión no gaste oxigeno de mas, y me recomendó tomar glucosa (L.B.)

Cada jueves les preparan un asado con carne argentina que hacen traer estos dos aventureros, con identidad platense.

Conectados por diario Hoy, tomaron con alegría el encuentro y esta entrevista seguramente será para sus familiares como aquellas cartas que antaño llegaban a casa desde el extranjero.

Modelos

Lucas deja a un lado pelota y cultura, para meterse en la moda. ¿Por qué? “Nos llamaron para desfilar para el diseñador más conocido de Cochabamba....  Se comunicó con nosotros y nos quiere hacer pasar su ropa en un evento muy importante acá y a nivel Sudamérica. Vamos a ver qué sale”.

Tras la adaptación áspera, empiezan a caer ayudas extras. Y no van a ponerse colorados de vergüenza: “olvidate, no hay que regalar nada”. 

Andan por las calles “muy metidos en lo nuestro”. Van a entrenar y al gimnasio todos los días. Y estando bien lejos, se refina aún mas ese sentimentalismo platense: “le quiero agradecer a For Ever donde jugué los primeros seis meses en 2013, en El Mondonguero me ayudaron a recuperarme. También a mi equipo de la infancia, Villa Catella” cuenta Basualdo. “Y yo quiero acordarme de Chacarita Platense”, acota Escalante.

Cuando adolescentes compartieron con jugadores del Lobito que tuvieron la dicha de llegar, todos de la ’88 y ‘87: De Blasis, Sproat, Sommariva, Perafán. Pero la autoestima no les falta. Especialmente después de oír lo que Lu dijo de Facu: “es una bestia, lo conozco hace 22 años, sé de su potencial. Me tocó marcar jugadores como Calderón, Pratto o Lentini, y Facu está a esa altura... Cabecea con una potencia diferente, es goleador de raza... Y como persona es como mi hermano”.