Los árbitros, ante el desafío del nuevo torneo

Son víctimas de ataques verbales y físicos. Deben decidir en segundos, sus equivocaciones son juzgadas sin piedad y están expuestos a una presión desmedida. Fernando Rapallini analizó estas cuestiones con diario Hoy

Un árbitro comprende, sin duda, parte de lo que se considera la “esencia del fútbol”. Es que el factor humano que aporta el encargado de impartir justicia puede llegar a ser determinante en el marcador de un partido. Sin embargo, el mundo del fútbol ha instalado una presión y una locura por un resultado deportivo que han puesto al juez como blanco de agresiones verbales, físicas y de todo tipo. 

“Nada justifica la violencia. Esto es simple: cuando voy al verdulero y me da algo mal, no lo escupo ni lo insulto ni lo golpeo. Tampoco pienso que me quiere estafar, solo que se equivocó y punto. La realidad es que todos nos equivocamos alguna vez en nuestro trabajo. Sin embargo, los árbitros siempre estamos ligados a un hecho de corrupción o de malicia. Nunca se contempla la posibilidad del error humano”, opinó Fernando Rapallini en diálogo con diario Hoy. 

Hace días, la imagen de Cristiano Ronaldo empujando al juez de la final de la Supercopa de Europa recorrió el mundo. En Salta, tras una definición regional, el referí del cotejo tuvo que suspender las acciones por agresiones físicas de futbolistas de uno de los equipos. En la Argentina y en el mundo entero, innumerables muestras de situaciones similares recorrieron las noticias de distintos medios en los últimos años. Y allí están ellos: personas de carne y hueso que deben cargar con el desprecio, las injurias, los golpes y el constante maltrato psicológico.  

“Siempre la culpa es del árbitro, es lo más fácil. Es el culpable porque se equivocó en un lateral en la mitad de la cancha. No fue el defensor que marcó mal, ni el delantero que erró el gol, ni el dirigente que contrató mal a los jugadores. A esta sociedad le cuesta hacerse responsable de los errores propios y siempre los deposita en el otro”, manifestó Rapallini, quien dirigirá el choque entre Temperley y River este domingo. 

Terapia en la semana, la clave

Fernando Rapallini es uno de los tantos árbitros que acude semanalmente a terapia. Más allá de que se trata de una elección en su vida (independientemente de su profesión), sabe que es necesario. “Voy a terapia. Cuando uno llega a la élite en lo que hace, en este caso el arbitraje, se tiene que preparar para los insultos y todo lo que tenemos que atravesar cada vez que entramos a una cancha”, indicó.

Por otro lado, el juez nacido en La Plata bajó un mensaje crítico hacia la AFA: “Hace muchos años, había un departamento de Psicología y hoy ya no está. Lamentablemente, ese apoyo para los árbitros hoy no existe y está mal, porque deberíamos tener una contención en ese aspecto y en muchos otros que no son tenidos en cuenta desde hace tiempo”. 

La Superliga los perjudica 

Hoy comienza un nuevo formato de campeonato y, de la mano, un renovado sistema de televisación y transmisión de los partidos. En este aspecto, y a pesar de las mejoras para los televidentes, los árbitros estarán mucho más expuestos de lo habitual y son los únicos que no obtendrán beneficio alguno. 

Si bien los clubes conseguirán una importante entrada económica por el nuevo formato, los encargados de impartir justicia continuarán ganando lo mismo que hasta ahora. “No nos modifica nada la Superliga, al contrario, nos perjudica”, le dijo a este medio Fernando Rapallini. “Vamos a tener 14 cámaras HD filmando el partido y desde todos los ángulos. Además, habrá dos canales hablando de todo lo que nosotros hacemos las 24 horas del día. Difícilmente se considere el factor humano del árbitro en los análisis”, cerró el juez de 39 años.