¿Qué oculta este “negocio” Monumental?

En el mundo River se habla de un nuevo estadio cuando el último balance dio un pasivo cercano a los 400 millones de pesos. Mientras las deudas crecen y los resultados empalagan al hincha, el presidente D’Onofrio y sus amigos kirchneristas dan forma a un polémico proyecto

"Tenemos un proyecto lindo, muy interesante para remodelar el estadio, con el objetivo de mejorar la capacidad". Esa fue la frase que esbozó Rodolfo D'Onofrio, presidente de River, y que conmovió al mundo Millonario. 

Sin embargo el pasivo que hoy tiene la entidad de Nuñez (producto, en buena medida, de lo que dejó Passarella) es de casi 400 millones de pesos. D’Onofrio, quien siempre habló de sanar al club desde lo económico, parece haberse emborrachado con los logros deportivos que ha conseguido el equipo de fútbol y ahora apunta a una remodelación de la que nadie se anima a decir cuánta erogación económica le demandará. No obstante, la cifra que se baraja es cercana a los 100 millones de pesos ¿Cómo lo hará si debe 400? 

La idea que tenía el mandatario antes de asumir, y que ahora intentaría llevar adelante, es incrementar la capacidad a más de 80 mil personas. Entre los cambios más significativos que tendría el Antonio Vespucio Liberti estaría sumar más butacas a la tribuna alta y eliminar la fosa y la pista de atletismo, extendiendo la tribuna baja hacia el campo de juego. Además, se buscaría lograr que la tribuna media en los laterales del estadio sea una zona exclusiva de palcos, en dos niveles. 

 Lo extraño y llamativo de esta remodelación es que en enero de este año, River era el club con mayor pasivo y déficit mensual del fútbol argentino. ¿En un año puede haber cambiado tanto el presente económico para incursionar en un proyecto tan ambicioso? ¿O será que el presi Millonario ya levantó el teléfono  a sus amigos del actual gobierno nacional para recibir alguna manito? Mientras el país pasa uno de sus peores momentos económicos de la historia, el kirchnerismo continúa empecinado en su corrupto sistema, por lo que ya nada extrañaría.

Mario Firmenich y el fallecido Abal Medina,  fueron dos grandes amigos del actual presidente de River y estuvieron relacionados en su círculo íntimo. El sobrino de Fernando Abal Medina (Juan Manuel) es uno de los puntos que une a D’Onofrio con el actual gobierno kirchnerista, además del ya mencionado Firmenich. No sólo estas vinculaciones estarían unificadas a la posible construcción del nuevo estadio, sino que además, según se supo y se deslizó por los pasillos de la sede, habría varias empresas con fuertes lazos en la Nación, que estarían (casualmente) interesadas en aportar para la obra. 

Según el presidente Millonario, el proyecto de un nuevo estadio “va en serio” pero hoy despierta demasiadas sospechas. El proyecto no coincide con la situación económica de River ni el discurso original de D’Onofrio. ¿Dónde quedó el club que debía levantarse monetariamente? ¿Es lógico que a un año de asumir y con 400 millones de pasivo se piense en un súper estadio? En River parece que, como decía Grondona, también “todo pasa”…

Una turbia historia asociada al poder

Cuatro años después de perder por seis votos las elecciones ante Daniel Passarella, Rodolfo D'Onofrio llegó al poder en River a fines de 2013.

El dirigente, que presidió distintas empresas, fue promovido a la carrera por la presidencia con un presupuesto arrollador que bajó desde el grupo Whertein, que maneja la aseguradora La Caja, de la que el titular riverplatense fue presidente.

¿Por qué tanto interés en instalar a D’Onofrio en un club de la dimensión de River? Por ambiciones políticas.

Gerardo Werthein, quien heredó un negocio multimillonario y pertenece a una familia dueña de un importante holding, vio en el deporte un campo para tomar envión para una futura postulación, aunque todavía lo niegue. Además de instalar a D’Onofrio, se convirtió en presidente del Comité Olímpico Argentino y, a través de sus vínculos con el poder político, logró que el kirchnerismo votara en el Congreso la ley para que un impuesto a los celulares financie a los atletas olímpicos. 

En este marco, no pocos dirigentes del club de Núñez reconocieron por lo bajo las ventajas que implicaron estos polémicos vínculos con un grupo económico poderoso y el visto bueno del Gobierno, debido a los negocios en común. Ya quedaron atrás los arbitrajes que perjudicaban a River durante la era de Daniel Passarella, quien de todos modos fue gran responsable del descenso. Ahora, algunos jueces parecen tener una postura más “cercana” con el Millo, último campeón. 

Werthein también tuvo un estrecho vínculo con Mario Israel, nefasto dirigente que acompañó a José María Aguilar en la peor gestión del club de la historia. El “Monje negro”, como es apodado Israel, fue quien habría armado la primera lista de D’Onofrio allá por 2011, con el aval de barras que le respondían hace años.

Las relaciones con el poder político son un constante en el mundo River. El vice es Jorge Brito, gerente general del Banco Macro e hijo de un empresario que fue referente del establishment K y hoy está más cerca de Sergio Massa

También escolta a D’Onofrio, Matías Patanian, CEO de Aeropuertos Argentina 2000, que por supuesto tiene vínculos con Eduardo Eurnekian, otra cara muy conocida por el Gobierno.

Mientras tanto, los violentos siguen dentro del club…

La CD de River parece vivir en un estado de irrealidad asombroso. Mientras se entusiasma con el ostentoso Monumental y vive en un mundo irrisorio, los violentos de “Los borrachos del tablón” siguen dentro del club y dando que hablar. Hace una semana (mientras se festejaba el “Día del hincha de River”) atacaron a un micro de jugadoras de hockey del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires.  

Al pasar por los Bosques de Palermo (a unas 20 cuadras del Monumental), los barras riverplatenses atacaron el micro que circulaba con unas 22 chicas de entre 15 y 16 años de la sexta división de hockey del club GEBA. "Nunca había pasado, y menos con criaturas", indicó Beraldi, ex dirigente de Boca, quien resaltó que si bien el proyectil "le pegó al conductor y lo fracturó, pudo pasar algo peor". 

Tanto ha encandilado a D´Onofrio el éxito deportivo, que ni siquiera levantó el teléfono para comunicarse con nadie del club agredido y continúa en su irrisoria idea de reconstrucción del estadio, mientras una interna en el seno de la barra amenaza partido tras partido y genera miles de pesos de gasto extra (en efectivos policiales y seguridad privada) para prevenir cualquier incidente.