Todo sea por un deporte más saludable

Esta semana se realizó una reunión para profundizar la fundamentación que llevará al Senado la primera Ley de Muerte Súbita en el ámbito deportivo. Apunta al cuidado del jugador a través de estudios, sin dejar de lado los escenarios en que se realizan los partidos

El sondeo que este diario realizó por distintas ligas dentro de la Provincia puso en evidencia la escasez de controles médicos responsables. En este marco, el senador provincial de Cambiemos, Andrés de Leo, está dispuesto a trabajar en el anteproyecto que llevaría por nombre Ley de Prevención de Muerte Súbita en el Deporte. 

Desde 1999 rige para Buenos Aires la Ley 12.329, que establece una exigencia sobre las entidades con fines de lucro, como los gimnasios. Sin embargo, aún nunca se puso sobre la mesa una reglamentación que ayude a preservar la vida de los competidores en las distintas disciplinas deportivas. 

En la calle 56 de La Plata, donde se encuentra la Fundación Incalp de ayuda al cardíaco, volvieron a reunirse los médicos Rubén Storino y Jorge Villalba, quienes están asesorando al legislador que reside en Bahía Blanca. “Tienen que realizarse ergometrías y cada jugador, sin importar su edad, debe contar con su ficha”, observó Storino. 

La experiencia de años de lucha tanto de Storino como del huésped Villalba, quien por 35 años integró planta en el Municipio de Lomas, los lleva a trabajar con recelo en aspectos que podrían implicar obstáculos, en procura de una sanción sin tantas demoras.

“Hay dos puntos claves”, reconocieron a este diario. “Uno tiene que ver con los actores: los jugadores deberían estar chequeados. La otra pata se relaciona con los escenarios en los que compiten esos actores, algo que también sigue a la buena de Dios. Las canchas tienen que estar habilitadas como corresponde para que no suceda lo que se vio este año en el Ascenso, con la muerte de un jugador al chocar una pared”, analizó el facultativo platense Storino. En este sentido, acotaron: “Tiene que haber siempre un responsable que sepa hacer las maniobras de resucitación correctamente y, si es médico, mucho mejor. Incluso ahora existe el título de Técnico en Cardiología”.

Otra de las cuestiones a tratar es la forma en que el deportista podría acceder a los estudios de una manera económicamente viable. “Por ejemplo, las obras sociales, en su mayoría, no cubren chequeos en sanos, no los autorizan, y no contemplan estudios de control precompetitivo. De allí surge la necesidad de crear un programa que lo contemple, así como está el Programa Materno Infantil”, añadieron.

El borrador no está cerrado. Pero al proyecto, cual planta recién sembrada, le van apareciendo algunas aristas que continuarán generando reuniones y sacándole punta al lapiz.

“Hay que concientizar antes que exigir”

Por Dr. José Greco. Especialista en Medicina del Deporte. Director de la Universidad Maimónides.

Especial para Hoy

Desde 1987 hasta la fecha solo cinco veces aconsejé interrumpir la actividad en forma absoluta hasta profundizar los estudios. De esas cinco personas, tres debieron hacerlo en forma definitiva por lo que surgió de esos estudios ampliados.

El examen médico de evaluación, antes del inicio de cualquier actividad física, debería ser hecho siempre, cualquiera sea la intensidad que se prevea. En tanto, a partir de ella, se determinará la profundidad y complejidad de ese estudio. 

Siempre se suele pensar un examen previo en función de si se puede evitar la muerte súbita, lo que supone que lo único que interesa es si alguien se puede morir o no, que es obviamente lo más importante, pero de ninguna manera debe ser el objetivo único. Por otra parte, vale aclarar que siempre va a haber un margen de imposibilidad de predecir un evento. Sí se debe avanzar hasta donde se pueda en virtud de los conocimientos actuales y, posiblemente, en un futuro no muy lejano se pueda ser más preciso en la predicción de este riesgo a través de la rutinización de estudios genéticos.

Hay que concientizar antes que exigir, hay que decirle tanto a la población que hace deportes a nivel amateur como a los deportistas profesionales que no solo hay que pensar en la muerte súbita, sino también en la “muerte anunciada” en distintos tiempos, por no respetar el material biológico que “transportan”, que tiene fecha de vencimiento. Las lesiones, que no son producto de un traumatismo directo ni de una enfermedad que subyace, se deben en casi su totalidad a un exceso de exigencia (de carga o un déficit de asimilación de la misma o por sumatorias de desgaste con mala recuperación). Ese es otro tema que requiere más explicación.