La Chicana pasó por City Bell y recorrió sus 18 años en la música

Una pareja que pasadas los 30 primaveras decidió hacer lo que querían: embarcarse en un dúo de tango "para perder plata". Pero tras 18 años lograron establecerse como la "guardia nueva" del tango, que recorre bares porteños y las más cosmopolitas ciudades del mundo. Dolores Solá y Acho Estol pasaron por City Bell recorriendo su historia musical. 

No solo celebran 18 años de la formación de un dúo artístico. Sino también celebran dos décadas de encuentro de dos personas que vivieron toda su niñez a una cuadra de distancia en el barrio de Recoleta, pero que se conocieron en el raje noventista de algún bar perdido en Madrid.  La Chicana hace tango. Pero con los mismos instrumentos relucen a simple vista (y escucha) distintos estilos milongueados, valseros, cumbiancheros y hasta una canción gitana europea, cantada en el mismísimo idioma romaní. Sus letras también tienen ese aire a primer mitad del siglo XX, criticando a "Faranduleras", a la política como medio de acomodo, hablan de sueños fracasados, de libros como "La revolución es un sueño eterno" de Rivera, hablan de "fierros", de "otra forma de ver la "inseguridad", tal como la mismísima Lola Solá contó anoche durante el recital que el grupo dio en el Teatro de Cámara de City Bell. 

Dolores es la cantora principal, acompañada por su compañero y compositor de las cancionoes de "La Chicana": Acho Estol; y un cuarteto que acompaña. El encuentro estaba pautado a las 21:30, quince minutos antes un chaparrón de media hora con relámapagos inundó las calles del residencial barrio de City Bell.

Cerca de las diez en punto sobre el Teatro de Cámara de City Bell, tímidamente un violinista pisa el escenario y se queda parado, un bandoneonista, el de la percusión y el del contrabajo; un poquito más adelante, el más adulto de todos, el director musical saluda y afina la guitarra.  Suenan los primeros acordes y a los segundos aparece ella de manera imponente, se la ve gigante, de tacos y vestido negro, se acerca al micrófono y comienza a disfrutar: “un kilo de fierro en las manos y uno es otro, y sos Caín o sos Abel, y eso si tenes tiempo de elegir, la mayoría no llega ni a romper el cascarón". 

“Es difícil explicar La Chicana, si contás sos esclavo de las palabras”, dice Dolores en las entrevistas radiales. “Ni frívolos ni solemnes”, repite también para explicar el contenido de las letas de Estol, con críticas a, entre otras cosas, las religiones, el sentido común y el capitalismo. 

El grupo se conformó en 1996 "intentando destacar el tango como música folklórica, sus elementos étnicos y sus elementos de actualidad". Se caracterizan por recuperar los ritmos y las letras de los años iniciales del tango, para aproximarlos al concepto musical del siglo XXI, con ciertas referencias al rock.

Su quinto y último disco de estudio fue doble; salió en Julio del 2011, y se tituló "Revolución o Picnic". “En medio de padecimientos y reflexiones sobre la piratería cibernética, la democratización del acceso a la información, la propiedad intelectual, la decadencia de la meca europea, el pan y el vino, nos preguntamos: ¿Revolución o Picnic?”, explicaron en aquel momento. 

En la primer parte de este disco doble se animaron a reversionar temas de Charly García, Tom Waits, The Doors, una canción japonesa, una gitana y de los viejos autores del tango. Además tuvieron como invitados a Pablo Marchetti, a Tom Lupo y a Pablo Dacal.  

... y en City Bell así fueron pasando las canciones de viernes a la noche: tangos, valses, milongas, chacareras, cumbias, gitanos, anécdotas de niñez, de encuentros, de Europa, el conurbano, la política. Como contexo,  el Teatro de Cámara que es, sobretodo, íntimo; pero las 150 butacas ocupadas y los piropos a la cantora por parte del público, no lograron cortar con esa situación que Cortazar describió en “Rayuela”:  “y cada tanto les ocurría mirarse de una manera especial, por ejemplo levantando la vista al mismo tiempo y dándose cuenta de que hacían lo mismo, es decir mirarse de una manera especial e inexplicable, como ciertas miradas en el truco (…) y entonces, la mirada afable se alza un instante  (…) se enlaza en el aire con la otra mirada que ha subido desde la azucarera de material plástico verde nilo, y ya no hay nada, una consumación  fuera del tiempo se vuelve secreto dulcísimo”.