Uno de los creadores visitará nuestra ciudad

De Harvard a la UNLP: la revolución de los “órganos en chip”

Dispositivos del tamaño de un USB podrían emular la reacción de una parte del organismo ante enfermedades, medicamentos de prueba o alimentos en mal estado. Uno de sus creadores explicará sus alcances el próximo jueves, convocado por la Facultad de Ciencias Exactas

La era de los “órganos en chip” parece estar llegando a la ciudad. O, cuanto menos, podrá haber comenzado a desembarcar cuando Ben Maoz, uno de sus ideólogos e investigador del Wyss Institute de Harvard, dé una conferencia el próximo jueves para contar sobre estos dispositivos orgánicos “de bolsillo” que podrían revolucionar la medicina moderna.

“El objetivo es que la conferencia no sea solamente para la comunidad científica, sino que interactúe el Estado y que se acerquen posibles nichos de inversión para que sea efectiva la transferencia de tecnología”, dijo a diario Hoy la investigadora del Conicet y principal promotora de la actividad, Valeria Bosio.

El desarrollo consiste en unas láminas transparentes del tamaño de un pendrive, capaces de emular la reacción de los órganos humanos ante enfermedades, medicamentos en etapa de prueba y hasta alimentos en mal estado. “Detrás de cada droga que sale al mercado hay una inversión de billones en pruebas de laboratorios en personas y animales. Estamos ante un nuevo paradigma que suplantaría todo eso”, agregó Bosio, que además es docente de la Facultad de Ciencias Exactas.

La conferencia será el próximo jueves a las 15 en la sede platense del Conicet (calle 8 entre 62 y 63), en el marco del ciclo de conferencias “Ciencia de impacto”. “La idea es que sea el inicio de una serie de conferencias con una curaduría muy estricta que sirva para facilitar la transferencia de tecnología en nuestro país”, explicó Bosio, que pretende que la charla no se limite a la comunidad científica y pueda atraer posibles inversores.

Los chips tienen dos centímetros de ancho y apenas seis de largo. El sistema que utilizan permite que los dispositivos se conecten entre sí y dejen correr sangre humana o líquido con nutrientes, al igual que los órganos. 

Ya se han creado los chips que emulan los órganos pulmón, hígado, intestino y piel, y se busca producir también los de corazón, cerebro y riñón. Los dispositivos serían comercializados luego a las compañías farmacéuticas, químicas, de comida y de productos de consumo.

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