Se agrava el conflicto legal en la Universidad

Luego de que el Rectorado intimara a las autoridades de la facultad de Medicina, el decano Jorge Martínez respondió con otra presentación judicial

La tensión entre la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la facultad de Medicina acerca de la validez de los títulos obtenidos por un grupo de alumnos, continúa crispando las relaciones entre las autoridades de ambas instituciones. Después de varios días de protestas de agrupaciones estudiantiles, que acabaron con la Federación Universitaria La Plata (FULP) tomando el edificio del Rectorado, el presidente de la universidad, Fernando Tauber, decidió intimar al decanato de la facultad a que en un plazo de 48 horas rubrique 5 diplomas que mantienen en su poder. 

Sin embargo, el decano Jorge Martínez no firmará lo títulos, y no sólo eso, sino que respondió a la UNLP con otra presentación judicial. “Envié una respuesta a la intimación del presidente en la que expliqué que si desde el Rectorado consideran que los alumnos cumplieron con todos los requisitos y resoluciones tanto de la facultad como del ministerio de Educación, los diplomas serán firmados. El asunto es que no pueden decir que esos alumnos están en condiciones de acceder a su título, porque ellos saben que no es así, ya que no hay sentencia definitiva acerca de la validez de estos diplomas”, explicó a Hoy Martínez.

Idas y vueltas

Este conflicto no es nuevo, sino que empezó cuando el decanato fijó nuevas exigencias para poder acceder a la última instancia académica de la carrera, las Prácticas Finales Obligatorias (PFO). Sin embargo un conjunto de estudiantes recurrió a la Justicia Federal, y logró un amparo, que estipulaba que esta medida no podía aplicarse a los alumnos que iniciaron la carrera antes del 2010; pero luego, en septiembre pasado, el decanato apeló y la causa fue elevada a la Corte Suprema.

Precisamente los alumnos que cursaron gracias a este recurso legal son aquellos a los cuales se les retienen los títulos. “El ministerio de Educación debe expedirse y decidir si estos títulos son válidos o no, la facultad no puede asumir la responsabilidad de entregar a la sociedad profesionales que no cumplieron con los pasos reglamentarios, ni fueron evaluados como corresponde”, comentó Martínez.

Pero una vez más, las divergencias entre el decanato y la presidencia de la universidad se hacen evidentes. “Los alumnos cumplen los requisitos para considerarse recibidos y graduados. Las PFO fueron cursadas, rendidas y aprobadas y es un derecho adquirido de los alumnos que se les convalide esa materia”, señalaron a Hoy desde la presidencia de la UNLP. Además indicaron que “si el decano se niega a firmar en el plazo de las 48 horas, se le va a pedir que entregue los diplomas sin firmar. Y la universidad se va a hacer cargo ante el ministerio de Educación para que autorice la firma de otra autoridad universitaria para ya dejar certificada la diplomatura de estos egresados”.

Martínez, en cambio, mantiene otra postura. “No hay que olvidar que el título de medicina es habilitante para la práctica profesional. Por eso desde la facultad debemos ser muy cautelosos y estar muy seguros de que los profesionales que van a salir a la sociedad están correctamente evaluados. Y lamentablemente no podemos ratificarlo de estos alumnos, por lo menos hasta que no haya una decisión del ministerio de Educación”, comentó el decano.

El plazo establecido por la UNLP vence hoy y más allá de que este entredicho acabe con la firma de los diplomas de la discordia, las relaciones entre el Rectorado y la facultad de Ciencias Médicas parecen haber llegado a un punto sin retorno.