Fracking: el Gobierno pone en peligro al Acuífero Guaraní

YPF planea emplear métodos de fractura hidráulica, prohibidos en otros países, para extraer hidrocarburos no convencionales. Expertos alertan por el peligro ambiental 

La nacionalización de la mayoría accionaria de YPF no trajo como consecuencia la recuperación de la soberanía energética ni nada que se le parezca. No sólo la petrolera, ahora conducida por Miguel Galuccio, siguió descendiendo en niveles de producción de gas y petróleo, sino que además tiene entre sus planes inminentes el empleo de métodos de fractura hidráulica (fracking, en inglés) para la obtención de hidrocarburos no convencionales. 

El peligro es que este procedimiento, que se llevaría a cabo en Entre Ríos y que podría extenderse a otras zonas del país, tiene un porcentaje altísimo de probabilidades de contaminar el Acuífero Guaraní, que representa el 20% del reservorio mundial de agua dulce.

El Gobierno no mide riesgos y sólo busca mantener negociados oscursos con las corporaciones internacionales que saquean nuestros recursos naturales, tal como lo hace con las empresas que realizan minería a cielo abierto contaminando glaciares (otra gran reserva de agua dulce) y pueblos de la cordillera. 

“Nuestro país es el tercero en el mundo con reservas de gas no convencional. Evidentemente hay demasiados intereses puestos en la zona, entre las que está Entre Ríos”, explicó a Hoy Horacio De Carli, integrante de la Asamblea Popular Ambiental de Colón-Ruta 135. 

De Carli, que se especializó en el tema, aseguró además que uno de los riesgos de este tipo de exploración es “la inducción de terremotos, que pueden llegar a grado 5”.

Lo mismo afirmó el ingeniero Horacio D’Elía, magister en energías renovables y evaluación de impacto ambiental y docente universitario: “Esta región tiene gran cantidad de represas y una central nuclear en Argentina –Atucha, en Zárate, sobre la ribera derecha del río Paraná, a tan sólo 115 kilómetros de Buenos Aires– para lo que un terremoto representaría un riesgo altísimo”.

“Las probabilidades de que haya un impacto sobre este acuífero son muy altas porque eso es algo que ha ocurrido en otros lugares del mundo. A su vez, esta región tiene la desventaja de no ser región petrolera y por eso el agua asociada al petróleo –que en los yacimientos petroleros se inyecta nuevamente en yacimientos petroleros en desuso– sería inyectada a formaciones profundas porosas y permeables. El problema es que eso lubrica fallas geológicas que existen y empiezan a deslizarse provocando terremotos. No es algo que inventamos, en Oklahoma, Ohio y en Inglaterra se ha pasado de tener temblores esporádicos a tener terremotos en lugares donde se realiza este tipo de inyección”, concluyó el especialista. 

Ya está en marcha

El ambientalista Horacio De Carli aseguró que el plan de YPF no es hipotético, si no que ya está en marcha. “Más allá de que el Gobierno hable de nacionalización, YPF tiene atrás intereses de corporaciones multinacionales, funciona como una sociedad anónima. Galuccio por ejemplo es un especialista a nivel mundial de la empresa Schlumberger, que es una compañía que siempre se dedicó a este tipo de explotaciones”, indicó.

“Galuccio llegó a YPF de la mano de Sergio Urribarri (foto), nuestro Gobernador, esto no es algo que no está planeado. No es una mera amenaza, es un plan definido y que se está concretando. Acá ya se hay cinco zonas identificadas para explorar”, agregó De Carli.

El vecino entrerriano aseguró que “después de Vaca Muerta, en Neuquén, que es el caballito de batalla de este tipo de explotaciones, la zona que sigue es ésta. Tuvimos información que a partir de marzo iba a comenzar la exploración. Acá los vecinos empezamos a juntarnos, a llamar especialistas, se conformaron varias asambleas”.

“En Tecnópolis hubo una charla, que presenciaron casualmente vecinos de Entre Ríos que estaban ahí, y se encontraron con un montón de áreas de la Provincia adquiridas por el Estado para realizar estas explotaciones. No es una posibilidad, algo potencial, es un plan con una maquinaria ya comprada para llevarla a cabo”, sentenció.

Método experimental

Para peor, el Gobierno estaría trayendo al país un método criticado en el mundo y encima de carácter experimental. “El otro tema a resaltar es que este método es totalmente experimental, no es algo que esté totalmente garantizado que no va a haber accidentes, que no se va a errar en la forma de perforar la roca”, señaló De Carli.

Cabe explicar que el fracking o fractura hidráulica, implica la realización de una perforación vertical y luego, al llegar a la napa una perforación horizontal a la que se le hace una serie de orificios a través de los cuales se introduce a presión una mezcla de agua, arena y productos químicos con la finalidad de fracturar la roca. Por eso esta tecnología se llama “fractura hidráulica” o “fracking”, en inglés.

“Se hacen pozos cada cinco o seis kilómetros, y se va perforando todo el subsuelol. Se inyectan químicos muy peligrosos, hay una lista de 17 mutagénicos, cancerígenos, agentes radioactivos, ese coctel que se inyecta con arena es algo que conlleva a que el subsuelo quede fracturado para que fluya el gas”, aseguró De Carli.

Prohibido en otros paises

El ingeniero Horacio D’Elía explicó que el fracking comenzó a realizarse en el año 2000 en Estados Unidos, que es un país altamente dependiente de petróleo importado. “Empezaron a explotar yacimientos no convencionales y, paralelamente comenzaron a producirse impactos ambientales que no estaban previstos. A raíz de esto el Congreso de Estados Unidos pidió a la Agencia de Protección Ambiental de ese país (EPA, por su sigla en inglés) un informe que posiblemente esté terminado para el año próximo. Paralelamente, varios países han detenido este tipo de explotación hasta tanto se conozca los resultados de ese informe”, señaló.

Agregó que otros países, como Bulgaria y Francia, “ya han prohibido el fracking sin esperar el resultado de ese informe. Inglaterra es uno de los países que ya tuvo serios problemas ambientales con este método, y la empresa que estaba haciendo fracking reconoció que había sido por su propia actividad. “En Oklahoma, en los últimos 30 años había entre dos y seis sismos por año pero en 2010, cuando comenzó este tipo de actividad, tuvieron 1.047 y optaron por suspender la misma”.