La clase media guarda las valijas

Por las medidas del gobierno K y la crisis, la gente se queda sin el descanso de invierno. Hoteles vacíos en los centros turísticos y un cambio fuerte en las compras del ciudadano común. Viajar, un lujo para pocos 

La ola polar llegó a la economía y la primera semana del receso invernal viene fría, muy fría. Los números marcan un descenso en todos los rubros del turismo nacional respecto al año anterior: capacidad hotelera desocupada, poca actividad gastronómica, caída en la venta de pasajes y un movimiento en los principales centros de atracción del país que es animado, principalmente, por los viajeros del exterior. 

En Puerto Iguazú se dieron los registros más altos en cuanto al alojamiento de los visitantes, con una ocupación cercana al 70 por ciento pero motivada, principalmente, por turistas de Estados Unidos y otros países del Mercosur. Estos números muestran un descenso respecto a 2013, año en el cual el parque nacional estaba en plena campaña para ganar nuevamente el concurso de las siete maravillas del mundo. 

Las cataratas se convirtieron, así, en un resumen de lo que sucede con las vacaciones en todo el país. Aquellos centros que tienen fama internacional, sostuvieron los balances por la afluencia externa, mientras los paseos que son prioridad para la clase media argentina, como las sierras de Córdoba o Tandil, las cabañas de la costa atlántica y el sur patagónico, o las innumerables atracciones de las provincias del norte y cuyo, vieron mermada la cantidad de visitantes. 

En el primer fin de semana de vacaciones, operadores turísticos de Mar del Plata estimaron que la capacidad hotelera está en torno al 50 por ciento, también cayendo respecto de años anteriores. No se esperaba un movimiento brusco para los próximos días. 

Cambios en el consumo 

La recesión se hizo sentir de la mano de las últimas políticas del gobierno nacional, con un fuerte aumento en los peajes, las naftas y el transporte público, afectando el bolsillo de la gente, que se acomoda a la crisis económica reduciendo gastos. Y cuando sopla viento fresco, las vacaciones se convierten en un lujo que pocos trabajadores pueden aprovechar. 

Pero no es el receso invernal el único espacio que se ve afectado por la crisis. Para el Centro de Educación al Consumidor (CEC), son varios los cambios en la actitud de compra y consumo que se puede apreciar en los argentinos, producto principalmente de la inflación. En diálogo con Hoy, desde la ONG se especificó que “en las góndolas se nota una reducción del consumo, y un cambio de actitudes. Por ejemplo, ahora la gente compra más segundas marcas y presta atención a los precios”. 

En el mismo sentido, agregó que “los consumidores están más predispuestos a las promociones y ofertas, y evalúan bien las opciones a la hora de comprar”. Esto implica un cambio cultural, que llega de la mano de los nuevos condicionamientos económicos. La tormenta recién comienza, y la gente se ajusta el cinturón para la turbulencia. Mientras, las vacaciones, símbolo del ascenso a la clase media con sus espacios de ocio y entretenimiento, deberán postergarse. A guardar las valijas, y a descansar en casa. 

Recetas en tiempos de crisis  

Son varios los organismos que han comenzado ha estudiar el fenómeno de la baja del consumo en el mercado interno. La Cámara Argentina de Supermercados, por ejemplo, destacó que “los (consumidores) particulares están reaccionando al menor poder adquisitivo del salario”, y elaboró una serie de puntos que demuestran los “cambios de hábito de los argentinos”. Entre ellos se señala que: 

- Crecen las segundas marcas 

- Se buscan más descuentos y promociones

- Se prioriza el precio por sobre la calidad 

- Se compra menos carnes y más pastas

A su vez, la consultora CCR elaboró un informe que explica estos recortes de la vida diaria, y señaló que, según datos propios,  entre 2013 y 2014 la expectativa de inflación anual para los argentinos subió de 37% a 49%. Además, hay una fuerte percepción en relación a la caída de la capacidad de compra: actualmente, 7 de cada 10 personas notan que su poder de compra se deterioró en el último año.

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