Capitanich buscó minimizar el impacto del default

Mientras todos los sectores políticos, económicos e intelectuales advierten por la nube negra que se posa sobre el país ante la posibilidad de entrar en default, el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, salió ayer a minimizar la situación, como si no tuviera gravedad ni generara enormes perjuicios para el país. 

El funcionario aseguró que el Gobierno "va a garantizar que el sistema económico siga funcionando" frente a la negociación con los holdouts y afirmó que "los argentinos tienen que estar tranquilos porque la vida sigue".

Además, volvió a defender la estrategia de negociación oficial al señalar que "Argentina está en actitud de diálogo para favorecer una negociación en condiciones justas y equitativas".

El funcionario señaló que pese a las complicaciones en las negociaciones con los acreedores que no entraron en el canje de deuda "existen coberturas, perspectivas e inversión para seguir desarrollando" la obra pública en el país. Sin embargo, los datos muestran que la obra pública está paralizada, la construcción está en caída libre, y de entrar en default el escenario sería peor.

Consultado sobre si corren riesgo de embargo los bienes de la Argentina, Capitanich no lo descartó, al precisar que "en este proceso de reestructuración de deuda, el país tuvo 900 embargos y cerca de 130 aún continúan con distinto grado de ejecución en el ámbito internacional".

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