La fiebre por el dólar no se detiene

El verde billete superó la barrera de los 14 pesos en el mercado informal y le metió mucho ruido a una situación económica que se vuelve cada vez más precaria

En la recta final de su gestión, todas las acciones que instrumenta el gobierno obtienen un resultado que es totalmente distinto al esperado. Se trata del fracaso en su máxima expresión, lo que pone de manifiesto el grado de ineptitud de la administración K para afrontar la aguda recesión económica que afecta a la Argentina desde hace varios meses.

Un caso concreto es lo que está sucediendo con el dólar blue, que ayer pegó un nuevo salto: superó la barrera de los 14 pesos –cerró a $14,05, el valor más alto en lo que va del año- e hizo crecer la incertidumbre de forma extrema por el futuro inmediato de la economía. Una de las explicaciones que se escucharon en el ambiente financiero fue que, supuestamente, hubo una oleada de compradores de verde divisa antes los rumores de una posible restricción en las operaciones del "contado con liquidación", que es el nombre que se le da en la jerga al tipo de cambio que surge de comprar con pesos bonos en la Bolsa para luego liquidarlos contra dólares en el extranjero. Ayer, las operaciones con liqui fueron avaladas por la Corte Suprema de Justicia (ver aparte).

En realidad,  para entender en profundidad lo que está sucediendo hay que ir mucho más allá de lo que sucede con la compra y venta de bonos. Las razones hay que encontrarlas en factores económicos que llevaron a que el país esté en recesión, sumado a una alocada emisión monetaria que se está haciendo para financiar el clientelismo político en épocas electores y cubrir los crecientes agujeros fiscales. Emitir billetes sin respaldo en el sistema productivo no sólo genera presiones devaluatorias, sino que además convierte la moneda nacional en mero cartón pintado, impactando de lleno en el poder adquisitivo de la clase media y de sectores populares. A esto se le suma que las tasas de interés de los plazos fijos se encuentran muy por debajo de la inflación real y por eso, para cuidar sus ahorros, cada vez más ciudadanos recurren al mercado informal para hacerse de la divisa norteamericana.

Como si todo esto fuera poco, la fiebre por el dólar está agudizando el saqueo de los recursos del Banco Central que será una pesada herencia para la administración que asuma el próximo de 10 diciembre. Hay números que hablan por sí solos: cuando Cristina Kirchner asumió su segundo mandato en el año 2011 e impuso el cepo cambiario, con la excusa de que supuestamente había una corrida bancaria contra su gobierno, las reservas del Banco Central contabilizaban 52.654 millones de dólares, mientras que actualmente rondan los US$ 33.000 millones. Es decir, en sólo cuatro años y con un sistema que se fue profundizando y limita al extremo la compra de divisas extranjeras, el BCRA perdió aproximadamente 20 mil millones de dólares, producto del despilfarro que ha hecho el gobierno al apoderarse de esos recursos para financiar al Estado, a costa de poner a la economía argentina en una situación de extrema vulnerabilidad.

Cabe destacar, asimismo, que los depósitos en moneda extranjera encajados en la autoridad monetaria y la deuda contraída con terceros, más que nada el swap con el Banco Popular de China, suman cerca de US$15.700 millones. Es decir, la mitad de las reservas que hoy cuenta el Central no es dinero genuino de la Argentina, sino que pertenece a terceros.

Además, los swap chinos llegaron a costa de que el gobierno nacional entregara, de forma infame, una parte importante de su soberanía, como fue el permiso para que el gigante asiático construya una estación aeroespacial, con fines militares, en la zona de Vaca Muerta, uno de los yacimientos de gas y petróleo no convencional más importantes del mundo. Se denomina swap, o permuta financiera,  al contrato por el cual dos partes –en este caso Argentina y China- se comprometen a intercambiar una serie de cantidades de dinero en fechas futuras.

Lo peor de todo es que, una vez más, serán los ciudadanos los que paguen los costos de los desaguisados de la política económica del gobierno. La suba del dólar impactó, de lleno, en precios de bienes y servicios esenciales. Lo mismo ocurre con los valores de las casas y de los alquileres, en el marco de un mercado inmobiliario que se encuentra absolutamente estancado y que, ante las trabas para comprar dólares en el mercado formal, se rige con los precios del dólar blue o con una combinación entre la verde divisa oficial y la que rige en el mercado informal.

Todo indica que, tal como viene informando Hoy, el país se encamina a una suerte de “tormenta perfecta” en materia económica.

El “contado con liqui” es constitucional

La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó el recurso que había presentado la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) para que el máximo tribunal se expida sobre la constitucionalidad de la operación conocida como "contado con liqui", un mecanismo por el que las empresas compran bonos y luego obtienen dólares en el exterior.

El organismo anti lavado había llegado a esa instancia, a través de un fiscal, luego de que un juez de primera instancia y una cámara rechazaran su pedido, en un caso que involucraba al Banco Francés. La operación se hace por mecanismos totalmente legales, con pesos declarados y "en blanco".

Es una manera lícita de comprar dólares pero claro, a un precio que surge de la oferta y la demanda. Ayer, por ejemplo, el dólar "contado con liqui" se negocia a cerca de 13,30 pesos. Según adelantaron fuentes judiciales, la Corte desestimó el pedido "sin fundamentación"; es decir, lo rechazó de plano.

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