La Iglesia no cesa de advertir sobre avance narco

Desde el Episcopado alertaron que aumentan las adicciones entre los pobres ante la ausencia del Estado. Los traficantes se expanden e incrementan su poder de extorsión y corrupción. El drama social de los más excluidos del sistema. La inoperancia K hace estragos

Que lo haya dicho el papa Francisco fue trascendental, pero en verdad ya se sabía: en nuestro país desde hace años, y principalmente durante los últimos 12, el avance de traficantes de drogas creció en forma exponencial.

Nuestro territorio se convirtió en un sitio de producción de estupefacientes, en un marco de controles permeables y laxos. La droga ingresa a nuestro país por tierra, agua y aire. Las fronteras casi no detectan a las “mulas” y se sabe que son innumerables las pistas de aterrizaje clandestinas donde avionetas descienden para dejar cargas suculentas de marihuana o cocaína. Y por los ríos, los barcos no se quedan atrás para proveer de materia prima a los mercaderes de la muerte.

Así las cosas, en las zonas urbanas proliferan las “cocinas” y entre los asentamientos el paco destruye neuronas, vidas de pibes y jóvenes y sumergen en crisis terribles a las familias de los adictos. Por supuesto, el acceso a las drogas impacta en los índices de inseguridad, donde día a día víctimas inocentes son heridos o asesinados.  El gobierno nacional casi no habla del tema, y lo más preocupante es que el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por el oficialismo, Aníbal Fernández, presentó un proyecto para despenalizar el consumo de drogas.

Por eso es que la Iglesia advirtió nuevamente sobre problemas de adicciones severas y el aumento del tráfico de drogas en los barrios empobrecidos, y atribuyó esta situación a la ausencia del Estado y al "poder de extorsión y corrupción" de los narcos.

El responsable de la Pastoral de Drogadependencias, monseñor Fernando Maletti, ratificó la oposición de la Iglesia a la despenalización del consumo de estupefacientes y reclamó medidas urgentes para erradicar "las mafias" del narcotráfico.

Atraviesa todos los
estamentos sociales
"La droga se ha instalado en todo el arco social, es transversal a todas las categorías sociales, pero de un modo especial son los pobres los que sufren el flagelo de la droga", sostuvo el obispo.

"Cada vez más madres de las villas vienen a contar que no saben cómo ayudar a sus hijos que han caído en el consumo, que tienen miedo de denunciar dónde se vende la droga o que son testigos de muertes por enfrentamientos entre bandas de comerciantes", dijo.  "Hay un dolor muy grande en papás y abuelos que ven a sus hijos y nietos que mueren por sobredosis", agregó.

Monseñor Maletti atribuyó esa situación de desborde en los barrios empobrecidos al "poder de extorsión y corrupción de los grupos criminales" del narcotráfico. "El drama de las drogas está instalado en los barrios más pobres, destruye a las familias, siembra miedo y desconfianza en los vecinos, aleja a los chicos de la escuela y el trabajo, porque tarde o temprano algunos son captados como ayudantes del negocio, y también hay gente que vende drogas para subsistir", aseveró.

El obispo reiteró la oposición de la Iglesia a "la hipótesis de una legislación que autorice la venta libre" de estupefacientes y fundamentó su rechazo a la despenalización del consumo con una afirmación del papa Francisco: "La droga es un mal y ante un mal no se puede ceder y tener compromisos. La droga no se vence con la droga. No a cualquier tipo de drogas".

“Costará mucha sangre erradicar a las mafias”

En marzo pasado el papa Francisco abrió una polémica al deslizar que cree que la Argentina dejó de ser un lugar de paso de la droga para transformarse en uno en el que se "se fabrica".
Francisco también advirtió en febrero en un correo electrónico privado sobre el avance del narcotráfico en la Argentina y reclamó a las autoridades tomar medidas urgentes para evitar la "mexicanización".
La Conferencia Episcopal Argentina viene alertando en los últimos años sobre el avance del narcotráfico y en 2013 difundió un documento en el que afirmaba que "si la dirigencia no toma medidas, costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar las mafias del narcotráfico".

“Las fuerzas de seguridad se corrompen ante los traficantes”

Claudio Stampalija (Criminólogo y Director del Centro de Estudios para la Prevención del Delito de la Universidad de Belgrano)
Especial para Hoy

Por mi especialidad viajo por todo el país y hablo con los intendentes y la verdad es que el narco menudeo como fenómeno de descentralización de la venta de drogas es algo que se expande por todos lados, pero más en las zonas más vulnerables: las villas, los asentamientos, las tomas.

Lo que ocurre es que la comercialización de estupefacientes se plantea como un sustituto del trabajo y como un sostén económico fuerte en esos ámbitos sociales más vulnerables. Y el problema entonces para las fuerzas de seguridad y la Justicia es que no luchan contra un cartel sino que hay miles de chicos que están vendiendo diseminados por todos los asentamientos del país.

El objetivo a combatir por la Policía no está focalizado, se abrió mucho el espectro y no hay recurso humano policial para tratar de frenar este fenómeno. Y además aumenta sustancialmente el consumo, porque la mayoría de los pibes, lamentablemente, están consumiendo. Y se trata de un negocio espectacular ya que como los vendedores son menores, no caen presos porque son inimputables y porque tienen poca cantidad de drogas encima. Y esto lo hacen a propósito. Tienen en su poder lo que van a entregar en una transacción.

Además si cae detenido algún dealer, el amperímetro ni se mueve, porque sigue “trabajando” en lo mismo su familia. Es decir hay un recambio inmediato.
Y no podemos ser hipócritas en este asunto: las fuerzas de seguridad, se ve en todo el continente latinoamericano, y Argentina no es la excepción, se corrompen ante los narcos. Por eso hay que reformular el código de ética y crear una dirección de Asuntos Internos encabezada por un civil y un área en los ministerios de seguridad, que sirva como un segundo filtro de control de todo eso. Acá el dinero hace estragos en dos minutos con los policías. Es más, aquellos policías que no quieren ingresar a la corrupción, son los que de alguna manera los obligan a irse de la fuerza.