La inflación no para y el gobierno no reacciona

La economía de los argentinos está acechada por una inflación descontrolada, que el kirchnerismo no quiere aceptar. La diferencia con Brasil

La inflación es el principal problema de la economía argentina. Cada día hay más pobres en nuestro país por la suba de precios desmedida, que el año pasado rondó el 28% y para este año se calcula que superará el 30%. Mientras tanto, la respuesta del gobierno kirchnerista frente a la inflación es ocultarla y negarla. 

“Lo primero que hay que entender es que tenemos inflación porque el gobierno nacional ha estado gastando en exceso y no tiene recursos genuinos para pagar estas erogaciones, por lo que termina recurriendo a las reservas del Banco Central para solventar ese gasto y eso hace que el peso se devalúe y pierda valor”, explicó a Hoy el director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram.  

A diferencia de la Argentina, en Brasil el año pasado hubo una inflación de apenas el 5,91 %, mientras que Banco Central de Brasil difundió su previsión inflacionaria para el mercado financiero, del 6,01% en 2014 y del 5,60% en 2015. Pero, en el país vecino hay voces de alarma porque algunos analistas de bancos privados elevaron sus previsiones de inflación para los próximos años. 

Ante esa posibilidad, la presidenta brasileña Dilma Rousseff reconoció: "Hemos hecho un esfuerzo enorme para tener una inflación más baja, un poco por arriba del valor del año pasado, pero dentro de la meta. Estamos haciendo un esfuerzo grande para contenerla".

De este lado de la frontera, cuesta encontrar declaraciones de la presidenta Cristina Fernández donde haga referencia a la inflación y cuando lo hace casi siempre es para negarla. “Si realmente la inflación fuera del 25%, el país estallaría por los aires", dijo Cristina en septiembre de 2012 desde Universidad de Georgetown, en Washington, Estados Unidos, en una de las pocas veces que permitió ser interpelada por preguntas. “La inflación no es un fenómeno de la naturaleza o del Gobierno”, negó en julio del año pasado a través de su canal de comunicación preferido, la red social Twitter.

“Hay muy pocos países que han entrado en la tónica absurda de financiar el gasto con reservas del Banco Central, y no es porque los países que nos rodean no hayan descubierto esa meca como  Argentina y Venezuela, sino que conscientes de los resultados que a largo plazo terminan desfinanciando al país y sobre todo perjudicando a los más pobres”, explicó Abram. Según el economista, “para cubrir el gasto del gobierno, el Banco Central le saca un pedazo de poder adquisitivo del sueldo de los argentinos”, porque “el peso es el valor de la moneda para la economía y la inflación es la pérdida del poder adquisitivo de esa moneda”. 

 En ese sentido, el expresidente del BCRA, Martín Redrado, graficó que en 2010 "se utilizaba el Banco Central como caja y pasó a ser un monedero del gobierno en lugar de ser la alcancía de todos los argentinos".

Argentina y Venezuela son los únicos en la región sin control inflacionario

La diferencia de Argentina y Venezuela en los índices de inflación con el resto de los países de Latinoamérica es abismal. Mientras, el país de la región con menos aumentos de precios durante 2013 fue Colombia, con 1,9%, Venezuela registró la mayor inflación del mundo de 56,2%, seguida a nivel mundial por Siria con el 49,5%. La Argentina se ubicó segunda en Sudamérica en el ranking de subas precios, entre 28 y 29 por ciento según los datos más serios porque los oficiales no son confiables. 

Pero, el resto de sus vecinos de la región en 2013 presentaron inflación de un dígito muy por debajo de Argentina y Venezuela. En Ecuador fue de 2,7%, en Perú de 2,9%, en Chile del 3%, en México del 4%, en Bolivia del 6,5% y en Uruguay del 8,5%. 

Lo más preocupante es que, mientras la mayoría de los países latinoamericanos las proyecciones para este año no difieren demasiado de las subas del año pasado, en el caso de Argentina y Venezuela los pronósticos indican que la inflación se agravará en 2014. En la república bolivariana hay economistas que ya anticipan una inflación mayor al 60% para este año, mientras que en la Argentina los pronósticos superan el 30%.