Entrevista a Luis Angelini

“La Justicia tiene una puerta blindada para ciertos sectores del poder”

El funcionario judicial que denunció al fiscal general de San Isidro, Julio Novo, está convencido de que su exjefe debe ser destituido. Aseguró que la procuradora María del Carmen Falbo brindó protección al magistrado y que durante la era sciolista “no existió libertad para trabajar”

El fiscal de San Isidro, Luis Angelini tuvo a cargo la investigación de los crímenes de tres colombianos, ocurridos en 2008 y 2009, todos con sello narco. En el proceso denunció graves interferencias del fiscal general Julio Novo.  

Angelini sostuvo que Novo entorpeció sus investigaciones una vez que apareció en ellas el nombre del empresario Gustavo Juliá, con presuntas conexiones con los sicarios colombianos. Entonces, ni siquiera había estallado el escándalo por el que luego el empresario sería condenado en Barcelona: el tráfico de una tonelada de cocaína oculta en uno de sus lujosos jets privados.

Los investigadores determinaron la existencia de una relación de amistad entre Novo y Juliá, y que el abogado del exempresario de aviación, Carlos Broitman, es el esposo de Mariana Busse, una secretaria que se designó especialmente para “trabajar” con Angelini, al iniciarse la pesquisa.

Esta suma de irregularidades, entre otras, llevaron a que en la actualidad el jury a Novo esté en la etapa final. Los lazos del narcotráfico en el Estado y en el Poder Judicial quedó en el tapete. Este diario entrevistó a Angelini por considerarlo un valiente fiscal que se atrevió a “nadar contra la corriente”.

—¿Qué opinión le merece el proceso de jury contra el fiscal general Julio Novo?

—Creo que es un proceso justo, legal, y necesario, ya que de lo contrario el Estado podría incurrir en responsabilidad internacional en orden a la violación de la Convención Interamericana contra la Corrupción, la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas. Por eso es muy importante poner la lupa en ese juicio. Especialmente porque existe un discurso distorsivo en torno a pensar que los integrantes de las agencias políticas (por caso la Comisión de Acusación Bicameral) o del jury, por más prueba que haya, pueden desestimar el caso “porque es político”, sin definir qué se entiende por esa expresión. En rigor esa interpretación implica una falacia, es un notorio desacierto jurídico y así dicho sería un eufemismo para disfrazar un acto de ilícito de convalidación. Es decir, si quien corresponde, contrariando la evidencia no acusa o juzga mal so pretexto de aquella falacia, simplemente participa del encubrimiento y convalida la impunidad. Además puede someter al Estado argentino a graves consecuencias frente a la comunidad internacional.   

—¿Considera que Novo debe ser destituido? 

—Personalmente no tengo dudas de que debiera ser destituido por mal desempeño del cargo y por la comisión de delitos dolosos, pero son decisiones que deben ser tomadas por el jurado de enjuiciamiento y por el tribunal competente respectivamente, no por mí. Yo, en representación del ministerio público fiscal, ya hice lo que debía hacer. 

—¿Que la Justicia federal haya procesado al exfiscal general de San Isidro convalida su denuncia de que colaboró con el crimen organizado? 

—Novo, sus dos adjuntos y dos altas funcionarias dependientes han sido procesados en orden al delito de encubrimiento doblemente agravado en función de hechos derivados de investigaciones de la Fiscalía a mi cargo y de la promoción que hice de la Justicia en mi calidad de fiscal. Incluso se han encontrado evidencias aún más contundentes que las aportadas por mí. Por ejemplo los vínculos que la letrada suspendida, Mariana Busse, tenía con algunas de las personas que yo investigaba y respecto de quienes incluso pedí allanamientos y aún detenciones (narcotraficantes de gran escala y presuntos sicarios). 

Novo a pesar de esos vínculos, que me fueron ocultados, la designó como “secretaria de Gestión” de la Fiscalía donde yo investigaba y, desde allí, aquella centralizaba la información del distrito y reportaba directamente a la Fiscalía general cargo de Novo. 

—¿Considera que la procuradora María del Carmen Falbo tomó medidas de protección en beneficio de Novo?

—Efectivamente. A mi juicio difícilmente Novo pudo cometer los hechos por los que fue procesado sin la protección de Falbo. Pero ese es un juicio que debe convalidar en su caso el tribunal competente. Hay que profundizar e impulsar la investigación en los distintos niveles de participación criminal.

—¿Cuál es su análisis de la política criminal llevada adelante por el sciolismo? ¿Los fiscales contaron con libertad para trabajar? 

—Si bien durante mi gestión así como la de otros fiscales considero que no existió libertad para trabajar en casos vinculados a estamentos del poder, sería apresurado y simplista vincular esa deficiencia directamente al gobierno de Scioli. Por el momento, sí estoy en condiciones de atribuir responsabilidad directa a estamentos del mismo Ministerio Público Fiscal. 

—¿Observó algún tipo de proliferación de narcos? 

—La hipótesis que está siendo juzgada en función de mis investigaciones y denuncias como fiscal señala al menos un fuerte vínculo del narcotráfico con sectores del poder estatal, y esto es lo más grave. Para saber si existió una proliferación de narcos debería realizar un estudio mayor en prospección histórica mediante una metodología de investigación que permita comparar etapas.

—¿Hubo algún grado de intromisión del Poder Ejecutivo?

—En mi caso, que hubo intromisiones ilegales estoy convencido. Qué niveles son los que ejecutaron los actos de intromisión ilícita, está parcialmente acreditado. Cuadra profundizar la investigación para determinar adecuadamente el autor detrás del autor.

—¿Notó algún cambio con el gobierno de María Eugenia Vidal respecto a la política criminal? 

—Existe un mensaje de voluntad de cambio positivo. Y ha habido signos en ese sentido. Pero hay que seguir evaluando para determinar si el discurso se proyecta eficazmente a las prácticas de la realidad. De todas formas sería una materia política sobre la cual en principio no correspondería que yo profundice.  

—¿Existe la puerta giratoria?  

—Es un tema que se asocia a un debate más amplio que viene siendo discutido e investigado en el ámbito doctrinario y científico desde hace muchos años. Sería una imprudencia de mi parte responder en pocas líneas. Más que la puerta giratoria habría que poner atención en la “puerta blindada” para ciertos estamentos del poder, a menudo culpables de la reproducción de un tejido social degradado en valores y condiciones materiales de vida, que transforma al sistema penal en selectivo e injusto.