La manipulación del Indec ya roza lo absurdo

Según el organismo oficial, el consumo aumentó  en supermercados y shoppings. Pero no tiene en cuenta la inflación real y distorsiona los números con encuestas modificadas. El andamiaje de la mentira 

Las estadísticas del Indec ya bordean lo absurdo, aunque en ellas se basen las políticas económicas del gobierno nacional. Así, en base a mentiras, se sostiene el relato oficial y se crea una realidad paralela a la crisis que transitamos millones de argentinos. Ayer, el otrora prestigioso Instituto Nacional de Estadística y Censos aseveró que las ventas en supermercados crecieron un 15 por ciento en agosto, llegando la suba al 20,1% en los shoppings. 

En un andamiaje de mentiras montadas unas sobre otras, el estudio realizado contempló una inflación de menos del 10%, desestimando el índice Congreso que marca el 25% o a nuestros propios bolsillos, que miden mucho más. Según la versión K, la expansión del consumo se logró a partir de aumentos moderados en los precios: 7,7% en los súper y 9,9%  en los grandes centros comerciales. Las cadenas más importantes lograron, en tanto, una facturación de $13.350 millones. 

Por su parte, si tomamos las mediciones en términos anuales y le creemos al Indec, las ventas en supermercados subieron un 27,3%. Así las cosas, la torta se de vuelta si tomamos en cuenta dos factores: la inflación real, que marca que no se vendió más cantidad de productos sino que los mismos aumentaron sus precios en forma considerable; y el mecanismo utilizado para realizar las mediciones, que incluyó un mayor número de puntos de venta encuestados. Por tanto, con estos dos factores se puede determinar que el aumento anunciado del 27% es en realidad  una contracción del 13,3% anual, determinando una brecha de casi 30 puntos entre lo que dice el Indec y las cifras reales. 

Macondo

Esta disminución del consumo está más acorde con datos aportados por la AFIP en recaudación y, sobre todo, con el humor de las familias, que no se están volcando en masa a supermercados y shoppings. Pero es necesario estudiar las cifras, leer y releer una y otra vez los datos aportados por el gobierno, para descifrar la mentira hecha política de Estado. 

Desde que está en manos de los ediles de Guillermo Moreno, el Indec rifó su prestigio y se convirtió en la paradoja de lo absurdo. De un país absurdo, con gobernantes que juegan a las escondidas con la Justicia, a la ironía con sus votantes y a la mentira con toda la población. Como Macondo, un país imaginario que el frío cálculo de los números no puede explicar. Y en el medio de este cuento estamos todos. 

Confesión K: “La economía no pasa por su mejor momento”

Chocolate por la noticia, habría que decir ante estas afirmaciones que se quedan cortas a la hora de describir la realidad cotidiana de los argentinos. Sin embargo, resulta relevante porque fue desde el propio seno del kirchnerismo que, por primera vez, se reconoció la crisis. “Argentina no crece a los números que venía creciendo y la economía no pasa por su mejor momento”, dijo ayer Martín Insaurralde (foto), candidato a diputado por el oficialismo, derrotado en las PASO y rumbo a un nuevo papelón en las elecciones legislativas de octubre. 

Durante una entrevista radial, el funcionario K, actual intendente de Lomas de Zamora, reconoció además que “el INDEC es estadístico, pero si voy a comprar a la esquina de mi casa hay productos que están por sobre los del INDEC”. 

Así, las denuncias que nuestro diario viene realizando desde hace mucho tiempo ya se palpan en una realidad que ni siquiera desde la Casa Rosada pueden negar. Ni ellos le creen a sus estadísticas.